(Escrito en un dialecto zamorano)
DeporquebateHay múrgaras y gárbilos
soto la fábrega del alma.
¿Qué son? ¡Ah, que qué son!
Ixu non tientes de inquisitigarlo,
bicós bicós, sabérselos, nanay,
non poise: si los desaminas
col micropucio de la Escïencia
oficinal, instantemientre
trasvístense y contradisfrázanse
de raros filicastos
de subatomios o virusillos
furibusteros, e si poñen
a seer lo que non yeran;
ansí doncas que, si los viéredes,
ya per tántidem nau les vees
lo que nau son, que yera
lo que hay ahí y que ahí hay.
'Ahí' es, ay, donde tú estéteras,
y estás aún - quí sab?
Pero e ¿yo, per contra? Nones:
en donde tú, no yo, a lo menos
al mesmísimo merimomento.
Y estonce, endergo, ¿cuá?
Pois, pois que simbembargo
los virusillos y sabatomios
que víades, cada dellos quisque
yé ¿quí?: só yo perprecisamientre;
e por aixu andaba iciéndote
que acucullá en el jondo rebullicio
del ánima túa-miya
hay múrgaras y gárbilos
abondo; sólo que, ¡zumba!,
míos que non, non son. Y ¿tuyos?
¡Ah lalá!, aixu depiende
de que arrispondas "Yeah, sun míos"
u que nadia, nun rispondas.
Ca, si te credocreyéredes que sí,
babah, ya yé lo mesmo
que si dixiese eu-yo tamién
que miyos son, mentimintiendo.
Mas, si per contra non mi rispondieres
a la quistión, sinoque
ni mú dixieres e fincares ahí
murmudo, ah, ah ah, estonce
póidese que sí, que forsacaso
tuyos sean o que en ti remoren
ixus gárbilos e múrgaras,
que naides nunca osó de vero
nominitar ni, par lo tonto,
denumerar. Pos ¿cuántos eran?
¿Eh? ¿Cuántos? Ná, no u sabe.
Como que nome non habían
non teñen número tampizco.
Tan solisólo poderían
se contar, si yoque y tuque
a nostra viz fóisemos dúo:
tú e yo, egual a dos. Peroperó
remiémbrote noviamente
de que habíamos quedado, pún, que tú
non eras yo (¿te enarricordas?),
ca, si o foises, ya nun yeras
lo que í había. Conque doncas,
si tuque non es yoque, puf,
nin semos dos nin neño morto;
e por ende, cá, que no tanfrusta
poison ellos computerarse,
si nao queiren seer cho que nun yeran.
Asín que, en éstas, ¿cuómo
faremos nós pora desaveriguar
un pizco por desoto de ellos?
E ben, pos bé: podemos forse
devisar el susiguiente
procederimiento: tú te estestas
ahí, a contraposte mío;
eu só, como yé obirivio,
quel que só; tú non, tú non lo eres
nin el que eres ni el que só,
que lo mesmo serían dambos;
¿estás?: ¿estemos-semos?
Pos alante: ío ti perpregunto
"¿Hay gárbilos o múrgaras
soto la fábrega de la tu alma?"
Tú... Turutú: como non fabla,
non risponde niente; istunces,
ego, cuá, mi pongo a entrepatarla
la tu silenciosidad, e digo
pra min mesmo "¡Tate, tá!:
posto que nao diz cousa, aixu,
úa de dous, de dúas uno:
o que es que sabe demasïao,
o que es que nun sabe pijota.
Ora, dau que non o sapia,
¿cóm yé que non mi diz 'Non só?
o 'Aidontnóu' o 'Syonsepá'
o cuemo demos diga? Quiaro:
porque es que el reconcoñocimiento
de que non lo sabe lo faría ser
egual que yo, que lo reconcoñozco,
y como quier que él non era yo...
Pero a la otra: y si lo sabe
lo que le apregunto, a veriver,
¿por qué, pro cuá, non mi risponde?
¿Será ca non poede? ¿O reserá
porque, pudiéndolo, non vuol?
¿Qué 'vuol' ni 'vuol'?: ¡si ése que él yera
non teñe ni tan sequeira
veluntad, emposto que non yé yo,
que só o que teñe!; e si non poede
querer, e ¿va a poder ancaso
non-querer? Ah, mas is que estonce
mos queda sólo cuesto: que ixu
que sais, yé cousa que non poide
se dezir; e se non puó dizerse,
a veriver, ¿de qué mos vale?".
Peroperó, ¿qué yé, si non,
quello que eiquí estamos faziendo,
si non teritratarlo de dizer
lo que decirlo non si pode?
Istu, istu é, yermano ñegro tú,
de veras yé, lo de poñerse
nel tuo logar: e, como tú
taciticallas, por aquello deque,
si falas, ya non eres tuque,
sino que yeres o só yoque,
por estó tentando de callarme
yo, como tú, pero a mi manera,
a saber, faziendo estrepitestallar
cuasi que globos los vocablitos.
E a la postre, de aixu mesmo
de que non poidas tú izirme nientes
de lo que sabes e que me debías,
eu, cuacuá, deperideduzco
que, visto ya que eu non o sapio
nem poisme tú decir que non los haya,
háylos, múrgaras e gárbilos,
soto la fábrega del alma.
¿De la túa?, ¿de la miña?Non
se mi da un dibledo. Pero ellos,
pero ellas, que nin se endestingüen
entre sí de sexo y de sexa,
ellas-ellos yeran fortiforse
los que in cuesto deporquebate
queriban dintre los rsquitesticios
de las vóculas corrotas
vía ajallar pora su voz,
la que nin miña, quiá, non es nin túa,
mas de anóminas animallas
que en susótanos abisondamente,
despellejás de tutto títolo,
allá se engrolloborbollaban
e, por el aquel del non poder fablar
elas unas con elas otras,
se envisquimordiscaban y mutú-
tuamente se entreconcomían.
"Los que se creen que los libros son esencialmente distintos de la televisión, se equivocan. Los libros y los otros órganos que el poder ha desarrollado no son más que elaboraciones de la escritura misma y la escritura desde su nacimiento está contra la lengua viva, que es lo que me importa y, por desgracia, en su inmensa mayoría, el teatro, al que yo tampoco voy casi nunca, pertenece a la literatura, a la cultura y por tanto está también contra lo que podría ser placer, descubrimiento..., descubrimiento de la falsedad, de la libertad"
No cree que el teatro colabore mucho con la rebelión: "Colabora al entretenimiento o a que parte de las masas de élite se consideren cultas y que hacen cultura, pero nada más, eso no tiene que ver con la labor de descubrimiento de la falsedad de la realidad que a la poesía y al teatro debía corresponder"
P.- Gibraltar, ¿español?
R.- A mí España no me interesa nada, es un sitio como otro cualquiera. Y Gibraltar me interesa como peña y, trágicamente, como faro de los huidos de los llamados terceros mundos.
(...)
P.- ¿Y la Humanidad según nos la muestra la televisión? ¿Peor que en Navidades?
R.- Peor. La televisión no muestra lo que pasa, sino que nos lo muestra como ya pasado. Esa es su gran contribución a la deformación de las masas.