Pensarán ustedes, viendo el decadente ritmo de publicación del blog, que ando perdido en otra cosa. O trabajando como se hacía cuando se cobraba un dinero a cambio. Los buenos tiempos. No sé si lo recuerdan. Era algo así como levantarse cada día a la misma hora de siempre, llegar al puesto, terminar tareas del día anterior y esperar nuevas órdenes. Eso que hoy en día tampoco puede hacerse sin estar dado de alta en la Seguridad Social, un jefe y una cuenta en el banco.
Eso que cotiza tan alto y se cobra tan barato.
Nada más lejos de la realidad. Después de terminar las prácticas obligatorias, llevo más de un año trabajando en una web prácticamente solo. Sin (evitando una excepción) cobrar prestación alguna a cambio. Bien es cierto que no tengo jefe, y que, para bien o más para mal, tampoco tengo horario.
Todavía no sé si soy lo innecesariamente joven o lo escasamente adulto para ser calladamente rentable. Se supone que ya sé pero no me encuentro. De un listado prácticamente infinito de ofertas de empleo mal pagadas, o en el extranjero, o ambas; pocas o ninguna requieren de mis servicios tan poco experimentados. ¿Sé inglés? Good question... ¿Sé español? Sólo ser cuando quiero entendido.
El periodismo... difícil. Preguntar, contrastar, escribir, es algo que está superado, pero es una industria en crisis desde antes de la crisis. Lógico y merecido. Siempre se puede mejorar y mejor con preguntas. Tomar fotografías, editarlas, limitado; grabar vídeos, editarlos, limitado. Maquetar, disfruto pero limitado. Publicar en internet, fácil. Cobrar... complicado.
Crear una página web; limitado: puedo estructurar una plataforma, un servicio, pero cojeo en el diseño. Me agarro a un template como a un clavo ardiendo. Conozco algunos CMS bastante utilizados (Wordpress, Joomla, Drupal, Blogger, Moodle...), pero nunca se me ha dado espectacularmente bien el diseño (el bonito) desde cero y ya no disfruto tanto machacando código, y por ahí pululan HTML5, y CSS3, y Jquery, y PHP... y nuevos dispositivos... Me quedo incompleto por dispersión y por falta de internet 24/7/365.
SEO, lo justo. Conozco los conceptos básicos y algunos no tan básicos. Me apasiona. Lo considero imprescindible. Alquimia de keywords. Disfruto experimentando pero dudo que se pueda llegar a ser un maestro en algo que cambia tan rápido; y me cuesta bastante alcanzar una seguridad o un seguimiento sobre el que establecer algo parecido a un salario. SEM, márketing en redes sociales, márketing viral, como quieras llamarlo: me aburre ser una imagen 100% corporativa. Identidad marmórea. No disfruto imaginando campañas para vender algo que no necesito.
Después de terminar las prácticas obligatorias, llevo casi dos años trabajando en una web (evitando una excepción) solo. Ya la conocerán, Acta Verbum se llama el invento, y me está sirviendo para descubrir algo en lo que estoy empezando a ser bueno. A ser bueno del todo. Algo que por fin me puede poner precio. Tú buscas, yo encuentro 2.0.
Siempre me ha llamado la atención el fenómeno Open Data, recopilar y manejar grandes bases de datos, Big Data en abierto. Nada técnico, nada de MySQL ni parecidos. Más bien acaparador. En bruto. Transparencia a grandes rasgos. A grandes riesgos. Scraping. Bibliom.
Pensarán ustedes que hablo chino. Como ven, aprendo mucho pero últimamente no les hablo mucho, sólo poetizo. Menudo rancio, pensarán, vaya con el jovenzuelo. En cuanto me sienta preparado para estar listo. Me sienta estúpido por secretismo. Me pidan presupuesto.
Parafraseando a un genio, “esto tiene una explicación, y esa explicación que os debo, os la voy a pagar”. Mil pozos dentro de un pozo sin fondo. No hay más testigos.