Me gustaría cruzar datos con datos y más datos.
Cruzar la lista de cuentas en Suiza que Falciani pretendió vender a algún jeque árabe con la lista de los acogidos a la amnistía fiscal ofrecida por el Ministerio de Hacienda. Cruzar los libros de familia de los amnistiados con los consejos de dirección de las empresas que cotizan en Bolsa. Cruzar estas listas con los nombres de los consejos de administración de las principales empresas fabricantes de armas, cruzarlas con los receptores de mensajes filtrados por Wikileaks. Con traficantes de droga, y ver en qué puesto aparecen en la lista Forbes. Cruzar los nombres de los propietarios de las grandes concesiones, las ayudas y los grandes contratos públicos con las raíces de los árboles familiares de la realeza, incluidos los herederos de nobles y terratenientes. Cruzarlos con los nombres de los banqueros, con los accionistas de las grandes empresas eléctricas; los políticos y empresarios del mass media. Cruzar los nombres de los jueces y la alta curia eclesiástica. Cruzar los nombres de los que más donan a los partidos políticos en elecciones, cruzarlos con la lista de funcionarios armados. Cruzar los cheques de las armas químicas con la alta joyería, cruzarlos a todos con los grandes coleccionistas de (H)arte.
Si alguien lo cruzara todo, a más de uno se le cruzarían los cables.