miércoles, 16 de febrero de 2011

Apolítico

"No se paga ni se obsequia al escritor por su talento, sino por los servicios que de su talento se solicitan. Por esta razón, ningún hombre de verdadero talento puede estar nunca al lado de ningún político. Al político, naturalmente, le molesta el escritor que no está a su lado, incondicionalmente, para celebrarle los aciertos lo mismo que los desatinos y, naturalmente, también el hombre de talento que puede estar al lado de un político tan incondicionalmente es porque ha dejado de tener talento. Del escritor debe aceptarse la verdad, nunca exigirse la sumisión. Por no someterse, los intelectuales verdaderos se desentienden de la política en acción, y hasta de la política en abstracto, con grave daño para todos, porque su aparente indiferencia puede parecer egoísmo y ser de pernicioso ejemplo, más pernicioso cuanto mayor sea el prestigio del intelectual. De cualquier modo, siempre será preferible este apartamiento de la actuación política y social que una intervención interesada con ofuscación de su inteligencia."


Extraído de La política y los intelectuales,
ABC, 1-10-1930. (Parte I y Parte II)