Una llanura y un viento.
Amarillo y cactus sedientos,
cortinas de fuego.
Asfalto y horizonte.
Sin retorno a ninguna parte,
hacia adelante,
el paso es líquido, y el aire
combustiona en los pulmones.
Las letras describen
trayectos sin camino certero,
el polvo anida en la garganta
y la voz agrieta el pensamiento.
Arrastra la llanura otra huella
que el viento tacha a suspiros,
avanza un universo de estrellas
por esta duda tras cada latido.
SpNt2005 – 25/10/11