Cómo se hace un periódico
En la confección de un periódico figuran, como factores principales, jugo cerebral, papel y tinta, puestos a contribución en un conjunto de máquinas complicadas que se mantienen en constante movimiento no sólo por la fuerza motriz que las impulsa sino también en virtud de constante cooperación y actividad humanas.
Un periódico es la resultante de una serie de esfuerzos individuales, admirablemente coordinados, que convergen en un mismo punto y a un mismo tiempo. Esta resultante es la expresión sintética de los grandes acontecimientos mundiales.
Los periódicos modernos están divididos en tres secciones primordiales, a saber: informativa, editorial y anunciadora.
En la primera se exponen hechos escuetos, sin comentarios ni partidismo. Y en la estricta observancia de esta regla ética de periodismo cífrase el orgullo de los que militan en el campo de la imparcialidad, de la neutralidad y de los que pretenden ofrecer a sus lectores cuanta noticia sea de suficiente importancia, dejándoles deducir las consecuencias que mejor acomoden a su criterio.
Los editoriales reflejan la opinión y tendencia del periódico, comentando de acuerdo con su credo los hechos que se exponen. En ellos se enarbola un estandarte, se despliega una bandera, se expresan opiniones, desvirtúan errores y se propagan ideales.
Los anuncios llenan el espacio que un periódico vende para ofrecer a los comerciantes y público en general las ventajas adquiridas por su importancia, reflejada en su circulación.
Aunque generalmente inspirados por personas ajenas al periódico, éste se reserva el derecho a revisarlos para proteger a sus lectores contra probables fraudes, intentados por personas de mala fe.
La sección de Anuncios es estricta en sus apreciaciones, existiendo una separación absoluta entre ella y las demás que componen el diario. Un anuncio es anuncio o deja de serlo. No admite término medio o componendas. Y en este punto son bien terminantes las leyes postales de los Estados Unidos, a las que se atienen todos los periódicos de alguna importancia para disfrutar de los beneficios que les reporta su inclusión en la categoría de correo de segunda clase; punto que no pertenece a este pequeño folleto estudiar con mayor detenimiento.
Otros escritos e ilustraciones que no pueden incluirse propiamente en la clasificación de noticias y editoriales, aunque tienen algo de la esencia de ambos, contribuyen a dar amenidad e interés al periódico. Son de índole diversa y de aspectos muy varios, abarcando colaboraciones, artículos educativos, fotografías, dibujos, caricaturas, etc., etc. En LA PRENSA figuran incluídas en este grupo “A través de mis gafas”, “El Eco de las Aulas”, “Para las Damas”, “Tribuna Libre” y otras muchas.
Para la buena marcha de un periódico es preciso que cada una de las diversas partes que lo componen se compenetren íntimamente, reuniéndose para ello en una cabeza principal que vele por todas, coordinándolas y administrándolas acertadamente. Esta cabeza principal puede denominarse Gerencia, Administración o Dirección, siendo ésta la que más acertadamente corresponde a este periódico.
Así al visitar los distintos departamentos en que está dividida LA PRENSA comenzaremos por hacer un estudio de la Dirección, pasaremos después a la Redacción y más tarde a los Departamentos de Anuncios, Circulación, Contabilidad e Imprenta.
Se desea al lector que esta rápida ojeada le sea placentera y agradable y aprovecharemos, una vez más, la oportunidad que se nos ofrece para recordarle que en esta casa estamos todos a su disposición, con ánimo de servirle con toda la atención y esmero que la ocasión permita.
Fragmento extraído de Ayer, hoy y mañana; un folleto de periodismo editado por La Prensa (1928).
La Prensa fue el primer diario en español de Estados Unidos.
(Continúa en la página 11)