En esta charla en
TED, a las que ya estoy empezando a aficionarme y deseando que tú también lo hagas visto lo que se puede aprender con una ración de 20 minutitos al día,
Jane McGonigal, diseñadora de videojuegos, nos habla sobre los videojuegos online.
Tengo unos cuantos amigos que juegan al
World Of Warcraft (WOW), lo que lo convierte casi inevitablemente en uno de los temas principales durante el tiempo que pasamos juntos, durante mucho tiempo, pero mucho, y no se cansan.
Hay una anécdota curiosa de uno de mis primeros compañeros de piso en Madrid, era "el peru" (sin tilde), era un tipo cuya vida era jugar al WOW por la noche con sus amigos de Perú, ir a clase por las mañanas y dormir por las tardes. Comía casi siempre en una fiambrera pasta con tomate, que dejaba en la olla incluso después de llenarla de agua para "limpiarla más fácil", aunque creo que era algo que ni él mismo creía; después de varias semanas
aquello seguía en el fregadero. No era muy limpio el hombre. Y estaba enganchado al té de manzana... se bebía dos litros al día, mientras mataba bichos, con sus
¡Congélalo! a las cinco de la mañana, por supuesto.
Volviendo al tema principal, esta charla ha sido la responsable de que empiece a entender un poco mejor por qué esa gran cantidad de tiempo dedicada a los juegos, se esté o no delante de la pantalla.
Deducía algunas claves, pero además de buenos ejemplos, como la teoría de
Malcolm Gladwell, de su libro "Fuera de serie", que afirma que para ser experto en cualquier área se necesitan unas
10.000 horas de práctica o estudio antes de los 21 años; la conclusión a la que he llegado después de esta charla ha sido que
los videojuegos son una herramienta, una plataforma como puede ser un lienzo o una página en blanco;
los bordes están definidos de una forma diferente pero el jugador viaja sobre el videojuego como lo hace la mirada sobre un cuadro o los significados sobre un texto. Es muy fácil definir algo como "bueno" o "malo", pero cada jugador siente una cosa diferente mientras intenta resolver los problemas que le proponen. Hay que pensar, y eso nunca será algo "malo".