Esta es la radiografía del
traje espacial que utilizó Alan Shepard durante sus dos paseos por la superficie de la Luna en la misión
Apolo 14.
La mayor colección de trajes espaciales se encuentra en el
National Air and Space Museum (Washington, D.C.), con más de 300 modelos. Se conservan en una habitación a una temperatura constante. Cada uno está protegido con una capa de
muselina, lo que da a la sala un aspecto bastante tétrico.
Además de los diferentes dispositivos que pueden verse en la imagen, el traje debía ser lo suficientemente cómodo para poder llevarlo durante horas. Dentro de la cápsula que (supuestamente) llevó al Hombre a la Luna y lo trajo de vuelta, los trajes eran tan grandes que los astronautas no podían manejar todos los interruptores y palancas de la nave espacial pegados al asiento.
Pero claro, si iba a pasearse por la Luna, debía ir preparado contra micrometeoritos, el calor, el frío, y siempre había riesgo de caída o rozaduras. Por ello tuvo que ser voluminoso, con alrededor de 20 capas, incluyendo una exterior de tela Beta (
Beta cloth), fabricada a partir de teflón envuelto en fibras de vidrio; ignífuga y capaz de soportar temperaturas de 650 ºC.