jueves, 9 de febrero de 2012

Editorial sobre Megaupload

Cosas de clase:

Justicia policial sin jueces



El 4% del tráfico de internet. Hasta que el 20 de enero de 2012 el FBI arrestó a cuatro miembros de Megaupload, la empresa líder en alojamiento web. Acusada por conspiración para cometer un crimen organizado; conspiración para cometer una infracción de copyright; conspiración para lavado de dinero y violación de copyright. Ese día, 180 millones de usuarios en todo el mundo perdieron el acceso a sus datos, tuvieran o no licencia de copyright. Los usuarios de España (el 64% de la población según el último estudio de Telefónica) representan el 2,2% del tráfico de datos en la red.

Pero, ¿qué es Megaupload? Internet, la red de redes, está “alojada” en servidores repartidos por todo el mundo. Para que la información pueda ser compartida, debe estar en estos “discos duros” gigantes. Por un precio que oscila de 10 a 200 euros, Megaupload nos cedía sus servidores para alojar cualquier archivo. Entiéndase por archivo: documento, imagen, audio, vídeo, programa,... (unos y ceros). Por supuesto, la empresa debe respetar la privacidad de estos datos y sólo puede actuar para eliminar un archivo cuando haya una denuncia por parte del, se presupone, propietario de los derechos de copyright, al que se puede estar perjudicando con la publicación sin permiso de un libro, canción o película.

En este caso, el FBI ha arrasado con todo y difícilmente los usuarios podrán recuperar sus archivos. Si esta batalla legislativo-policial es contra el lucro por medio de la publicación de estos archivos, está justificada. Por el contrario, si es contra el intercambio de archivos, la mal llamada lucha “antipiratería” es inútil, y las sentencias judiciales dan cuenta de ello. Es cuestión de tiempo que se extienda el uso de programas P2P (emule, ares, bittorrent,...) anómimos, como Freenet, i2p, Ants, Mute, Nodezilla, Perfect Dark,... La difusión de la Cultura a través de la red está a salvo, aunque sea necesario cifrar los datos de tal forma que no pueda saberse qué archivos están viajando por la red de redes.

Pócima secreta

Parece que los guiñoles de Canal + Francia han encontrado una buena estrategia de promoción, al menos en su país. Aquí... bueno... es más complicado.

Todo empezó con la sanción de dos años a Alberto Contador tras dar positivo por clenbuterol (más, menos, involuntariamente, a propósito,... positivo). Y, por extensión, acusan de doparse a lo más granado del deporte español: Casillas, Rafa Nadal, Gasol,... o sea, que no dejan títere guiñol con cabeza.







"Lo único sin dopaje en España es su economía"




¿Humor francés o mal perder por parte del canal de pago?

Veremos en qué acaba todo esto...

¿el secreto? Seguir.



(Gracias Manuel)

Olviden la marca registrada


La respuesta por parte del Gobierno de España a un canal de televisión privada (por resaltar lo absurdo de todo esto):



"tenemos un problema con el dopaje"



Mentira y se pronuncia Roland Garrós

Periodismo 3.0

No estoy de acuerdo con mi profesora de Periodismo Electrónico, y dice que voy por delante de lo que escriben los que dice que saben. Me explico. Nos enseña:

- Periodismo 1.0: la edición digital de un diario impreso repite el contenido. Esto es, un copia pega descarado, bloques de texto e imágenes. Las primeras versiones digitales de las grandes cabeceras (gratuitas o de pago).

- Periodismo 2.0: la edición digital aporta contenido extra al diario impreso. Aprovecha la plataforma digital y aporta vídeo, audio, infografía animada... nuevas formas de informar acordes al soporte.

- Periodismo 3.0: periodismo ciudadano.

Pienso: En mi opinión, es una consecuencia de la web 2.0; donde el usuario ya no sólo consume, también produce (prosumer). Estar en el lugar de la noticia te convierte en noticia, pero no en periodista "automáticamente". Y no se mantiene el criterio de los dos casos anteriores.

Levanto la mano y digo: "No estoy de acuerdo".

- Periodismo 1.0: El periodismo de toda la vida. Cualquier persona no puede ser periodista. No lo digo por los cinco años de carrera (si hubiera sacado todo matrículas de honor habría aprendido la mitad), pero es necesario conocer los soportes, analizar los medios, manejar los géneros periodísticos, las teorías de la comunicación para ser sabedores del impacto de lo que se escribe, quién hay delante, al lado y detrás de la noticia, cómo se locuta o narra con imágenes y el valor de la ética como parte misma de la credibilidad. Entre otras cosas.

- Periodismo 2.0: Los periódicos saltan a internet con más pena que gloria, copian lo mismo en sus inicios y a medida que descubren de qué se trata eso de internet, aportan nuevos contenidos (vídeo, audio,... aunque todavía no se puede embeber -insertar en otra web-) en la versión digital y desarrollo de plataformas propias en tablets y redes sociales para conectar sus lectores al entorno de la empresa y organizar la información en una sola plataforma digital.

- Periodismo 3.0: ¿Los periódicos impresos desaparecen? No lo creo. No es romanticismo, la permanencia de lo material supera la fugacidad de lo digital. La clave es combinarlas. La edición impresa debe ser el enlace a la edición digital (y viceversa). Gracias a la realidad aumentada podemos conectar los contenidos de la edición impresa y los exclusivos de la edición digital a través de la pantalla de un smartphone. El desafío es crear un corpus único que utilice todas las plataformas posibles para contar una historia. Aquí es donde entra la narrativa transmedia: contar una misma noticia en el papel, en el teléfono móvil, en el ordenador,... Cada soporte aporta nuevo contenido (texto, imagen, vídeo, audio, animación 3d, juegos, infografía interactiva, mapas,...) en una interfaz propia y que interactúa con el lector. El objetivo es ayudar a comprender la noticia desde diferentes puntos de vista con la posibilidad de profundizar en los detalles de la forma más intuitiva posible.


periodista, periodismo digital, periodismo 3.0, periodismo clasicoAunque el futuro del periodismo no depende de nada de esto, depende de lo mismo de siempre, de la noticia.


No creo ser el primero en darse cuenta, pero prometo intentarlo.

Ahora, me voy a dormir alegre y sabiondo, a pesar de haber perdido el abono de metro, a pesar de que no hay economía ni para transporte...