Los falsos profetas no van a la cárcel
“No preguntes cómo hizo su primer millón”
- Un millón de personas
Quizás, quizás, quizás...
las alas blancas
solo eran blancas con sol de cara,
ni siquiera alas de esperanza.
La negra sombra de un águila.
Hasta mi nombre,
todos votan al invento
de la propaganda,
un desfalco a la carta.
Quizás, quizás, quizás...
vaya a la cárcel su discurso
carpe diem de manos largas;
ya pachuchos, ya viejitos,
ya no se arrepienten de nada.
SpNt2005 – 20/3/2014