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(Vía El Gurú Informático)
La Capilla Sixtina, se puede decir de todo pero basta con contemplarla.
Según un artículo publicado hoy en El País:
De momento, los daños no se aprecian, pero las causas están claras, según el diagnóstico del director: una excesiva presencia humana, un inadecuado control climático y una insuficiente eliminación de los contaminantes. Problemas fáciles de resolver, si no fuera porque, según fuentes vaticanas citadas ayer por el diario La Stampa, el mantenimiento de la Capilla Sixtina requeriría "mayor atención por parte de los responsables financieros de la Santa Sede". El argumento de la falta de fondos suena raro. Si se multiplican los 15 euros que cuesta la entrada a los Museos (y dejando aparte los cuatro euros extra que vale reservar por Internet) por los 7,3 millones de turistas que, según Paolucci, entran cada año, resulta que el Vaticano ingresa 109 millones de euros anuales por ese concepto.
Somos una plaga, debemos admitirlo. Sólo hay que cambiar de perspectiva para darse cuenta.
Es hermoso, pero la telepresencia nunca será mejor que estar allí (aunque no he estado nunca); quizás lo sepas todo sobre Miguel Ángel, vida, obra; "... pero tú no puedes decirme cómo huele la Capilla Sixtina."
El arte puede resultar caro, pero por suerte no tiene precio.