miércoles, 28 de septiembre de 2011

Moriscos







Buen documental, mejor debate. Un fragmento de nuestra herencia, una muestra más de nuestro origen mestizo. Campeones del mundo y en Paterna del río (alpujarra almeriense) siguen floreciendo los almendros cada primavera gracias a un eficiente sistema de acequias.

Las culturas son infinitas, el territorio limitado. Ésa es la principal traba a ese concepto idealista (no en el sentido negativo) que pretende recoger la palabra "tolerancia". Hubo una época que todos conocen pero nadie recuerda en la que las religiones dominaban el mundo, mucho antes de que llegara otra palabra escrita en mayúscula con intención de sustituirlas: Ley. Algo idealista (en su sentido escéptico). Una religión servía para concentrar una cultura, y era ésta sobre la que se fundaba el idioma, una posición en el tiempo y en la jerarquía social, unas tradiciones particulares fundadas en contraposición al resto de religiones. Para haber evitado lo inevitable los libros plúmbeos tendrían que ser la primera falsificación fundada que pasó a convertirse en doctrina ideológica.

Las cosas han cambiado mucho, de hecho ya empieza a hablarse de una posible extinción de las religiones en los países educativamente más avanzados. Suele relacionarse con una pérdida de valores, aunque personalmente creo que es un lastre de su propia intolerancia, su incapacidad de actualización.

Y que conste que es un argumento absolutamente inválido ("A mí me da igual lo que diga la madre de menganito, tú eres mi hijo y yo soy tu madre"), en el resto de países la tolerancia no es noticia. Hay que ser muy idealista, en todos los sentidos.

Sara Zapata Valeije

El torturado

Me ataron a una mesa
me quemaron los pechos con cigarrillos
me secaron los testículos con la picana
me mataron el feto a patadas
me violaron
me vejaron
me empalaron
me arrancaron las uñas, los ojos, la lengua
me cortaron la nariz, las orejas, los pechos,
me cercenaron el pene, las manos
me asfixiaron como a un perro
me encerrarron en una mazmorra hasta la muerte
mataron a mi hijito delante de mí
torturaron a mi hijto delante de mí
me hicieron morir de hambre
me hicieron morir de sed
me estiraron el el potro
me descuartizaron con cuatro caballos
me ataron a un poste y me quemaron vivo
me ataron a una parrilla y me asaron a fuego lento
me arrojaron a los leones
me clavaron en una cruz
¡quiero morir de una vez
quiero morir
para no contar esta historia
por los siglos de los siglos.