martes, 24 de agosto de 2010

Aura

Aquellos que alguna vez hayan jugado a algún juego de rol entenderán mejor el título de esta entrada. En realidad, es una metáfora de lo que podremos vivir en un futuro no demasiado lejano.

En un videojuego el aura es un círculo que rodea a un personaje y le otorga de poderes especiales, aumenta sus características y lo convierte en una mala bestia todopoderosa, si eres capaz de controlarlo. En pocos años nosotros también podremos tener nuestra pequeña aura, repleta de aquello que nos ha hecho unas "buenas" bestias todopoderosas: la información, la comunicación y el entretenimiento.

¿Te has perdido y no encuentras la calle que buscas? ¿Necesitas enviarle un e-mail a tu primo chino? ¿Una partida de hockey en mitad de la calle? Pregúntale a tu aura.

Cómo no, cortesía de la realidad aumentada.

Plástico


(Vía Caffeine!)

La compañía japonesa Blest ha desarrollado una máquina que convierte el plástico en aceite. Su director, Akinori Ito, está recorriendo el mundo para intentar convencer a la gente de que "la basura es un tesoro".

Se trata de reinvertir el proceso de creción del plástico convirtiéndolo en gasolina, diésel o queroseno. A partir de éstos se puede producir cualquier otra sustancia derivada del petróleo.

Más información.

Una de las preguntas que surgen al pensar en el agotamiento del petróleo es qué pasará cuando desaparezca como material, como composición necesaria de innumerables objetos cotidianos. Es difícil que consigamos obtener petróleo del CO2.

Aún así, el ser humano ha conseguido reducir un proceso cíclico de millones de años de duración a apenas unos minutos. Otra victoria en la necesaria batalla por controlar los ritmos de la tierra, otra oportunidad para pensar que no existe final.

La trascendencia nos acabará borrando.

Monos espaciales

Esta es la teoría de Juanto, uno de mis hermanos. El título de Ludo. No se conocen.

No tiene sentido pensar en la existencia de extraterrestres.

Suponiendo que el mayor telescopio del mundo, el Canari Cam (una salvajada), pudiera llegar a ver planetas habitables, que se encuentran a millones de años luz (partiendo de que la probabilidad es incalculable), no tendría sentido intentar colonizarlos.

La velocidad de la luz es de 299.792.458 m/s, la luz del sol tarda unos 8,3 minutos en llegar hasta la Tierra (curiosidad 21) y desde la Tierra vemos estrellas que podrían llevar muertas millones de años. Por tanto, con la imagen del planeta que tenemos desde la Tierra, cuando una nave espacial, con una velocidad máxima igual a la velocidad de la luz, llegara a ese planeta, lo más probable es que la civilización se hubiera extinguido. No sólo la nativa, también la extranjera.

Brillante.