Debate de la Inanición
“Disculpe señor ministro
pero es usted un cabrón”.
La sala parecía estar de acuerdo,
hasta el mismísimo presidente
callaba a favor. “Lo es”,
empezó a decir, “ministro
esperanzador. Es usted
sin duda un gran cabrón,
si no el mejor”.
Aplaudían vigorosamente desde la platea
los encocados diputados de uno y otro bando;
al tiempo los medios ensalzaban
las palabras del mismísimo,
las vergüenzas del ministro.
“Y esperamos que siga siéndolo
por muchos años”, concluyó.
Fin de la cita.
SpNt2005 – 5/3/2015