domingo, 27 de marzo de 2011

Famoso

forges, apaga la television, television, calidad television, programacionPasó la segunda mitad de su adolescencia imaginando las situaciones a las que debía enfrentarse en un futuro consecuencia de los parámetros en los que basaba entonces su construcción de la realidad, insuficientes a todas luces. Pese a ello, su forma de expresarlo, sin ser demasiado obtuso ni conciso, dejando todo siempre a medias tintas excepto aquellos pequeños detalles; le había salvado el culo.

Ahora mismo lo tiene congelado sobre la silla, enfrente de la misma cámara encendida y otro entrevistador, esta vez, cuarenta años menor que él.

- Alguien tan afamado y distinguido como usted, que ha nutrido a los jóvenes con un espíritu evocador de lo prístino y a la vez un adelantado a su tiempo; - el entrevistado recordó que el reloj daba cinco minutos más de lo debido para intentar persuadir a su impuntualidad, y que quizás fuera aquello lo que le había llevado a enfrentarse a sí mismo tantas veces, nada del resto era culpa suya... - cuéntenos, ¿qué se siente al ser una persona tan reconocida públicamente, que ha sido entrevistado por tantos otros?¿Qué tal le trata la Fama?

El entrevistado, agotado por la rimbombancia del entrevistador, que aludía a una cuestión expresada ya en doce entrevistas anteriores, cansado de decir que le impedía "observar como una parte más del entorno", algo necesario para su oficio... pensó. Se subió ligeramente las gafas para hacer tiempo y, a cuatro minutos de la parada publicitaria, dijo:

- ¿Fama? ¿Se refiere a eso de lo que se habla en las peluquerías? Que sepan de uno no significa que lo conozcan... Lo mejor: las entrevistas... es agotador hablar de mí, de yo, o de "mi obra", y ni hablemos de la dificultad añadida que representa hablar de la de otros... pero las mejores las recuerdo como una conversación apasionante, similar a la que tenía con mis amigos; sin embargo, usted no es mi amigo,... No se ofenda, tampoco lo es la señora con la escafandra emitiendo calor sobre sus sesos, nunca he entendido muy bien esas cosas... La fama sirve para darse a conocer, y después te permite enfrentarte a algunas decisiones especiales,... pero cometí el error de utilizarlas para hablar con mis amigos a través de ellas.

- Entonces, ¿no le gusta ser famoso?

- Al contrario, me produce curiosidad, usted no es muy original en las preguntas, pero siempre es gratificante darse cuenta de que es imposible que lo conozcan a uno. Y el interés es siempre halagador.

El entrevistado lee la siguiente pregunta de la lista: ¿Le cuida la fama?

- Nunca he dejado que lo haga. La fama hay que cuidarla menos que a los amigos. Sin ellos, no hay nada de lo que hablar. Y, como usted mal sabe, me ha tocado ser el último. Por eso no sé muy bien para qué me han vuelto a llamar... ¿para recordar? Sería más fácil si usted fuera un amigo... Le aviso, sea breve, le quedan treinta segundos para la publicidad.