viernes, 30 de julio de 2010

Moda

Made-Up from Mirjam Plettinx on Vimeo.


"Una niña con dudas trata de ser otra persona. Ella se pierde... literalmente."

Nunca estará de moda ser feliz.

Me encantan los cortometrajes de animación, quizás porque sean simples, o porque creo que la simplicidad es algo imprescindibible en el arte, o porque creo que el arte es comunicación.

Águila

- Hay que verlo en la web de RTVE. No dejan ni he conseguido embeberlo. Me lo pensaré la próxima vez... -

"El inmenso bosque que cubría a la Península Ibérica en épocas todavía históricas, ha sido destruido hasta transformar a España en una nación esteparia. En las últimas masas forestales, desconectadas unas de otras, perviven animales que no pueden abandonar estos refugios selváticos; urogallos, osos, azores, ciervos, lirones y otras muchas especies forestales, son descritas minuciosamente en armonía con su hábitat."

Que los amantes de la naturaleza le deben mucho a Félix Rodríguez de La Fuente es algo incuestionable. Todavía aún se emite en La 2 de TVE los capítulos de El hombre y la Tierra (de lunes a viernes a las 19:00), emitida por primera vez en 1974, la serie de documentales que enseñó a los ignorantes a amar lo desconocido con sólo poner nombres a esos bichos que pululaban por sus propiedades.

Este es el segundo capítulo de la serie. Me he decidido a compartirlo porque muestra una perspectiva anterior a la actual. Sí, España era un tupido bosque, lleno de vida y los peligros y placeres que conlleva. Ya en 1974 era "una nación esteparia". Aún así, este documental muestra unas maravillosas imágenes del oso pardo, la lucha de un ratonero común y una víbora de latasti, un águila imperial (5 kilos de peso) cazando a una cría de muflón (cinco veces el peso del águila) -minuto 25-,...

Estoy casi seguro de que éstas son las imágenes que más vida pueden reunir en nuestro país. Los nuevos sistemas de grabación nos muestran especies que antes no podíamos ver y como antes no podíamos ver, pero dudo de que España, ni ningún otro país, sea capaz de recuperar la vida de la que se ha alimentado nuestra especie desde los inicios del final de su inevitable historia.

Crónico

Puede considerarse la producción literaria como un estado latente de enfermedad, sujeto a alteraciones violentas de fiebre, con exaltadas crisis, alucinaciones y aplanamientos. Estas crisis de dudas y autodisminución suelen decidir más de una vocación o carrera literaria. ¡Cuántos han renunciado antes de tiempo, por no poder superar el aplanamiento y esta terrible, insidiosa duda del propio valer! Sólo resisten los fuertes, y a veces también los tontos, y los que ya no pueden retroceder porque han hecho oficio de su pluma.