Como puede verse, ha bajado el ritmo de actualización. Después de volver de Madrid, situarse en casa con una perspectiva más largoplacista facilita las cosas. Al igual que una nostalgia prematura hizo su trabajo antes de vaciar de trastos la que había sido una habitación alquilada durante cuatro años, una inercia es lo único que necesito para unir en un mismo espacio las dos vidas que me ha tocado vivir en mi etapa como estudiante.
Mi habitación (la de siempre) está custodiada por Pinocho, Mickey, Pluto y Pepito Grillo. Esta vez con una pequeña colección de libros exclusivamente de poesía, alrededor de 25, varios tochos más y dos cajas de invernadero llenas de papeles con saberes de clase que debería recordar (el resto de mi vida). El resto de cambios son consecuencias de un desorden organizado y la manía de mis padres de hacer caso a los vendedores de enciclopedias. Aunque reconozco que si hubiéramos tenido internet desde más pequeños, no dispondría de una Historia de la Literatura Universal, ni una Historia del Arte, ni Diccionario Enciclopédico, ni una Enciclopedia Temática que se autodenomina "auto didacta 2000". Un placer para los curiosos.
Ayer terminé de recopilar todos mis cd´s en un mismo estuche. Poesías de 2005 y 2006, vídeos de San Antón, la ceremonia de fin de curso de Secundaria, fotos de veranos en Paterna del Río, música y más música. Películas, series de anime y entrevistas. Programas, algunos juegos y proyectos de edición de vídeo. Mi álbum de biografía, en digital.
Es justo sentirse orgulloso de vez en cuando.