Uno, las fechas, como los nombres, son lo más importante. El nombre por encima del calibre de las balas.
Dos, sentarse frente a un monitor. Buscar la nota roja de todos los periódicos en línea. Mantener la memoria de quienes han muerto.
Tres, contar inocentes y culpables, sicarios, niños, militares, civiles, presidentes municipales, migrantes, vendedores, secuestradores, policías.
Contarlos a todos.
Nombrarlos a todos para decir: este cuerpo podría ser el mío.
El cuerpo de uno de los míos. Para no olvidar que todos los cuerpos sin nombre son nuestros cuerpos perdidos.
Me llamo Antígona González y busco entre los muertos el cadáver de mi hermano.
[...]
Entre los pasos a seguir para buscar a un desaparecido hay que ver un álbum de fotografías de cadáveres.
[...]
¿Le dio un beso al cadáver? Quiero que me lo entreguen, casi estoy resignada.
Yo también estoy desapareciendo, Tadeo.
Y todos aquí, si tu cuerpo, si los cuerpos de los nuestros.
Todos aquí iremos desapareciendo si nadie nos busca, si nadie nos nombra.
Todos aquí iremos desapareciendo si nos quedamos inermes sólo viéndonos entre nosotros, viendo cómo desaparecemos uno a uno.
[...]
-
Más poemas de Sara Uribe
Entrevista a Sara Uribe
Lectura de poemas por Sara Uribe: