jueves, 16 de febrero de 2017

Jardines


Jardín y otros eufemismos caducos

Las manos son un jardín de espejos.
Ahora mis manos, todavía mías.
Ahora sus manos, ahora las suyas.
Ahora las manos, ahora juntas
y asimétricas y suaves y perfectas.

Los ojos son una fuente de silencio.
Ahora mis ojos, todavía míos.
Ahora sus ojos, ahora los suyos.
Ahora los ojos, ahora mirada
e invisible e indeleble y suspiro.

Los labios son una flor de nieve.
Ahora mis labios, todavía míos.
Ahora sus labios, ahora los suyos.
Ahora los labios, ahora palabra
o beso o caricia e incertidumbre.

Los días son un fuego de sangre.
Ahora mis días, todavía míos.
Ahora sus días, ahora los suyos.
Ahora los días, ahora compartidos
y amor a la vida, y amor al arte.




SpNt2005 – 16/02/2017



sábado, 11 de febrero de 2017

Alexandra Elbakyan


Tengo que reconocer que apenas uso internet para mirar el correo, entretenerme en Facebook y subir audiolibros a Youtube. Con lo que yo he sido... Casi ni entro a actaverbum... La tengo medio abandonada por razones obvias. Vivir offline ocupa un tiempo precioso, y online me he especializado en compartir. Ya casi ni genero letras. Empecé una novela, es cierto, sigo dándole vueltas al segundo capítulo. Cuando un atisbo de nerviosismo amenaza con enamorarme escribo alguna poesía, la dejo caer, y hasta el próximo otoño. Ya ni siquiera miro las estadísticas de mis webs y considero el SEO como algo casi espontáneo, inherente al estilo y forma de escribir. A veces a propósito, a veces a despropósito voluntario. Esos son los poderes que me poseen dentro de la pantalla. Terminé un curso sobre SEO, por cierto, y ahora sólo queda pagarlo con lo que saco del territorio deliberadamente injusto de lo offline.

Hoy, coincidiendo con el día de la mujer y la ciencia, me he aventurado a otras plataformas y me he divertido como hace años. Aquellos años de horas y horas buceando y navegando y naufragando y encontrando serendípicamente una maravillosa... Eso, vivir buena parte del tiempo online era una maravillosa forma de vivir, de descubrir la vida. Obviamente, no podía durar para siempre y tampoco quise mantenerlo mucho tiempo más. A este lado la gente muere y necesito estar con ellos antes que permanecer aquí después de mí. Ellos no me leen, y así no están conmigo, y yo quiero estar con ellos haciendo mil cosas. Necesitaba y necesito vivir offline cada vez más tiempo.

Declaro el argumento de esta excepción. Dediqué mil horas a actaverbum para aprender y al tiempo conocí la historia de Aaron Swartz. Mi idea era construir una plataforma para difundir el conocimiento generado por profesores universitarios en España. Ya... demasiado loco cuando se camina solo. ¿Y? Había que intentarlo, y ahí está el intento, sobrevive al menos, al paso de los años. Aaron, por su parte, se suicidó. Asaltó los servidores de su universidad y se propuso compartir la ciencia que por derecho nos pertenece a todos, el saber que por derecho nos hace libres, el saber secuestrado. El saber cuyos derechos de explotación habían caducado, por cierto, y era libre de pleno derecho.

Hoy, coincidiendo con el día de la mujer y la ciencia, he conocido a Alexandra Elbakyan. Sí, roba a las grandes editoriales y sí, pone el conocimiento en manos de la gente, gratis, porque el saber es un derecho y nos hace libres. Su página se llama SCI-HUB.CC. Puedes buscar un artículo por su URL o por su DOI. Es mi heroína.






Uno de los mayores problemas era que sí, estaba recopilando datos, referencias, pero había que pagar para leer... y al final mi trabajo era absurdo. No tenía acceso al documento... ¿De qué sirve decir que Juan ha descubierto el origen de la vida si sólo tienes acceso gratuito al resumen? Decidí entonces empezar por los repositorios científicos en abierto... y es un trabajo demasiado loco cuando se camina solo... Además, suelen estar obsoletos, mal gestionados, y poco actualizados. La ciencia en España es un sueño que malvive y gracias.

Pero sí, hay personas que piensan así. Que se atreven a pensar que el saber nos hace libres, y es un derecho. Tenemos derecho a saber. Tenemos derecho a saber. Tenemos derecho al saber.

lunes, 6 de febrero de 2017

'El pirata', de Lord Byron (1814)



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Recurro de nuevo a una obra que leí de niño. Demasiado niño tal vez. El corsario, escrito originalmente en verso tiene traducciones al castellano también en verso; sin embargo, en la edición de Poemas de Lord Byron de EDIMAT Libros (la edición que poseo), el título está traducido como "El pirata" y está adaptado en prosa. Espero que esto no sea motivo de críticas hacia la versión del audiolibro. En mi opinión, creo que es positivo porque la traducción es más libre y no es preciso recurrir a palabras menos comunes para mantener la rima o la métrica del poema.

Dicho esto, lo leí demasiado niño tal vez. Haciendo balance (y un poco de spoiler), no sé que me pasa con los finales tristes, de amores imposibles. Creo que de estos cuentos (y de Poe, tal vez) viene mi Romanticismo (en su sentido literario) abocado a un idealismo totalmente fuera de contexto. Al contexto actual me refiero.

El libro fue muy popular en su época y sitúa a la mujer amada (Medora) en un escalafón de princesa pasiva, incapaz de retener a su amor para pasar juntos una vida sosegada lejos de los riesgos del mar. El protagonista no piensa lo mismo y, aunque su amor por ella no conoce límites, es incapaz de desterrar su espíritu indómito y aventurero. Hasta aquí todo más o menos "romántico"; en la línea de la Literatura de su época. Aparece entonces Gulnara, una mujer que rompe con el canon establecido y que llega a manchar sus manos para salvar a su amor no correspondido. No he leído críticas, ni comentarios, ni análisis históricos... es decir, lo digo porque me parece novedoso para su época. La mujer cambiando la historia.

He escuchado y leído alguna que otra vez que el Romanticismo, donde tan profusamente se arrojaban incontrolablemente las pasiones al idilio platónico, como a un pozo sin fondo; podría estar relacionado con actitudes machistas, de posesión del hombre respecto a la mujer, de donjuán respecto a la princesa en apuros... De violencia de género. Desconozco si un hombre lee a Byron antes de pensar que posee a su esposa/novia/pareja/amante/compañera de una forma autoritaria... espero que no. Y que encuentren cuanto antes algún libro que pueda evitar semejante barbaridad más propia del medievo más salvaje. Es una opinión y un deseo.

Sin más que decir respecto al contenido, añadiré que ha sido fácil. La experiencia se va notando y quizá haya cogido un ritmo de lectura un poco más ligero. Hay algún fallo mínimo pero poco a poco estoy aprendiendo a subsanarlos de la mejor manera... He intentado seguir en mi línea de pronunciar correctamente y hay alguna parte en la que sí ha sido agradable dejarme llevar por la historia. En otras, quizás en los diálogos, me ha costado un poco diferenciar los personajes pero creo que se entiende por el contexto cuándo habla cada uno. Las interjecciones han sido todo un desafío.

Espero que os guste.

PD: Se admiten comentarios ;)