Los avances de la ciencia se concretan en estudios científicos. Principalmente texto con un lenguaje que requiere cierto contexto y altas dosis de concentración. El objetivo es validar una hipótesis para solucionar un vacío en el conocimiento. La conclusión del estudio puede aplicarse a la tecnología o bien situarnos en mitad del universo, comprenderlo. Respecto su aplicación a la vida real tienen mucho que ver las patentes. Si un avance está a disposición de uno, se desarrollará a medida que crezca su propietario; si es público para la comunidad científica y la sociedad, nacerá enorme.
La revisión por pares es un método de evaluación realizado por instituciones y las revistas científicas consideradas más veraces. El investigador envía su estudio al editor, que selecciona uno o varios árbitros, científicos del mismo área con un mismo rango. Los árbitros envían sus comentarios al editor, que se los remite al autor. Hay varias posibilidades:
- Aceptación incondicional del estudio.
- Aceptación sujeta a las mejoras propuestas por el/los árbitros.
- Rechazo, animando a los autores a revisar el documento y someterlo a revisión nuevamente.
- Rechazo incondicional.
Si hay diversidad de opiniones, el editor decide si publica o no él artículo, pudiendo consultar a más árbitros, que no obtienen remuneración por ello. Lo que determina el rango dentro de la comunidad científica no es el beneficio económico, sino el reconocimiento de la autoría, así como ser citado por otros investigadores en sus estudio. De ahí que pueda haber cierta desconfianza o recelo a la hora de dar a conocer el estudio "a la competencia"; en función de lo revolucionario que sea el descubrimiento.
En 1951 no fue necesario; Watson y Crick's contaban con la estructura del ADN y una carta de presentación por parte del Nobel de Física William Lawrence Bragg. Enviaron su estudio a Nature y según John Maddox, “el artículo de Watson y Crick no fue arbitrado en Nature... el artículo no tenía que ser arbitrado: su corrección era auto-evidente. Ningún árbitro que trabajara en esa área podría mantener la confidencialidad una vez que viera la estructura” (Nature 426:119 (2003). El editor también puede marcar como confidenciales algunos comentarios realizados por los árbitros.
En España,
Evaluación de la investigación y sistema de ciencia
"En general, en otros países, las agencias de financiación o los Consejos de Investigación son los responsables de organizar el proceso de evaluación de las propuestas de investigación, de seleccionar los expertos y de designar los paneles de selección. Sin embargo, en España se creó una unidad administrativa denominada ANEP (Agencia Nacional de Evaluación y Prospectiva) actualmente con rango de Subdirección General que, separada de la maquinaria de las gestión de los programas de I+D, se hiciese cargo de organizar de modo relativamente autónomo, con la colaboración de la comunidad científica, el proceso de revisión de las propuestas de financiación de la investigación con el objetivo de determinar el mérito o la calidad científica de las mismas. La creación de la ANEP resolvió algunos problemas de credibilidad y legitimación de la atribución de fondos públicos competitivos a los investigadores.
De una situación, a finales de los ochenta, caracterizada por el “quasi-monopolio” de la evaluación de las actividades la investigación por parte de la ANEP, solamente desafiado por la creación de la Comisión Nacional de Evaluación de la Actividad Investigadora (encargada de los sexenios), se ha pasado a una multiplicación de organismos pertenecientes a entidades estatales y autonómicas que organizan y desarrollan actividades de evaluación (ex ante o ex post) de algunos objetos asociados a la actividad de investigación (individuos, departamentos, proyectos de investigación, titulaciones, programas de doctorado, universidades, e incluso programas o planes de I+D), con el propósito de determinar el mérito o la excelencia científica más que los efectos o impactos de la investigación."
Luis Sáez Menéndez, investigador del CSIC.