(a Sarró)
Si me hubieran leído seguramente hubiera intentado complacer.
Siendo clandestino, fui auténtico
Una cordillera de puntos
me vigila,
un horizonte estadístico
con números como ojos
que me miran los dedos
mientras
escribo,
certifican
que mi sangre es del gusto de la clientela,
de sabor a pollo;
batir de alas en la mandíbula
antes de escupirlo como una lágrima
desplumada.
Se frotan las palmas de las manos,
el agitar de murmullos se extiende
y el punto final se acerca
adherido a un silencio
en mitad de la garganta
que no sube ni
baja,
se aferra
minimizando el instante a una duda sin palabras.
Se espera el final
sólo cuando es demasiado tarde
para resucitar el origen.
SpNt2005 - 22/10/10