domingo, 22 de agosto de 2021

Boceto


Fragmentos inconclusos
 

En mí llevo mi casa

Soy mala persona porque después de todo desaparezco

Eucaliptus plumas cementerio de escorpiones

Tenías un beso justo ahí 

La creativa solo sabe perder el tiempo en asuntos que no le importan a nadie o porque nadie las comprende

No me sigas, a mí, porque con la pesada carga del sol a la espalda, a quien sólo puede andar tras su sombra

...


Ella me quiere.

Es un hecho.

Yo la quiero.

Es un hecho.

Si no, esto que hacemos
No sería el amor.

Ni tan placentero
Ni tan divertido

Ni tan nuestro.

A los hechos me remito.

...

Cicatriz como cortafuegos 
Para el próximo incendio. 
Escribo incendio como puedo decir amor o fuego. 
Para evitar que me consuma por completo. 
Para poder si acaso intentar si acaso al punto de partida. 
Escribo partida como puedo escribir soledad, regreso.

La dirección imposible del camino. 

lunes, 5 de abril de 2021

Decir amor

 Lo difícil es decir amor



Seducir mintiendo
es tan fácil
que no tiene amor.

Rozar el codo al sexto parpadeo,
decir me gusta al quinto suspiro,
te quiero al cuarto beso,
te amo al tercer orgasmo.

Pactar con el diablo
la lona al segundo asalto,
la muerte por el uno.

Lo difícil es decir amor:

decir soy yo
y acto seguido lo siento.

Tal cual.

Decir perdón, te echaba menos
a la primera lágrima, y volver;
decir tan sonrisa y tus ojos de espejo,
decir mi abrazo eres tú.

Decir de aquí vengo, allá voy,
sin cruzar los brazos. Decir te escucho
y acariciar de barro. Saber 
que allí va, de allá viene, 
bailar en lo oscuro. Decir
estamos juntos en esto.

Decir amor, de esto soy yo,
y decir ¿lo sientes?
Decir amor como camino
y de ti estoy vivo de vuelo.

Decir 
a ti se parece la hermosura
como tú huelen los lirios
la raíz de ti emana el árbol
así tus ojos iluminan los faros
a tu aliento suspira el mar
latir que separa los segundos
en tu piel anidan las estrellas

Eso no es nada.

Decir adiós
cuando te amo no sale,
y te amo se derrama, o
se hace te amo pétreo,
te amo y hueco, inconsistente.

Decir adiós,
porque somos libres
y te quiero.

Entonces, sí,
lo más difícil,
prueba irrefutable:

decir, callar,
amor, no te amo
y que sea cierto.




sábado, 6 de marzo de 2021

Lenguaje público


Hay una especie de caída trágica de las obsesiones de Wittgenstein desde el Tractatus Logico-Philosophicus de 1922 hasta las Investigaciones filosóficas de sus últimos años. Me refiero a una verdadera caída trágica al estilo del Libro del Génesis. La pérdida total de mundo exterior. El cuadro teórico del significado del Tractatus presume que la única relación posible entre el lenguaje y el mundo es denotativa, referencial. Para que el lenguaje sea significativo y tenga alguna conexión con la realidad, palabras como árbol y casa han de ser como pequeñas imágenes, representaciones de árboles y casas reales. Mímesis. Pero nada más. Lo que implica que sólo podemos conocer y hablar de imágenes miméticas. Lo cual nos separa, metafísica y eternamente, del mundo exterior. Si se acepta ese esquema metafísico, sólo quedan dos opciones. Una es que el individuo, con su lenguaje, está atrapado en su interior, y el mundo está afuera, y ambos nunca se encontrarán. Lo cual, aun si se piensa que las imágenes del lenguaje son de verdad miméticas, es una propuesta horriblemente solitaria. Y no hay ninguna garantía de que las imágenes sean en realidad miméticas, lo que implica una búsqueda del solipsismo. Una de las cosas por las que Wittgenstein me parece en realidad un artista es que advirtió que ninguna conclusión podía ser más terrible que el solipsismo. Y por ello destrozó todo aquello que había alabado en el Tractatus y escribió las Investigaciones, que constituyen la argumentación contra el solipsismo más exhaustiva y bella que jamás había sido escrita. Wittgenstein sostiene que para que el lenguaje sea siquiera posible, éste debe ser siempre un mecanismo de relación entre las personas (de ahí que dedique tanto tiempo argumentando contra la posibilidad de un "lenguaje privado"). Así que hace depender al lenguaje de la comunidad humana, pero por desgracia todavía mantenemos la idea de que hay un mundo de referentes ahí fuera a los que nunca podremos unirnos o conocer puesto que estamos atascados aquí, en el lenguaje, aun cuando por lo menos estemos todos juntos. Ah, sí, la otra opción original. La otra opción consiste en expandir la materia lingüística. Expandir el yo.



De Conversaciones con David Foster Wallace
Una entrevista ampliada con David Foster Wallace, por Larry McCaffery


sábado, 9 de enero de 2021

Trump, el presidente que quería ser Putin y fue baneado por ello

No dejan de sucederse extraños acontecimientos al otro lado del Atlántico. Lo suficientemente esperpénticos como para no dejar pasar la ocasión de hacer un breve comentario al respecto.

Donald Trump, ¿te suena? Un conocido presidente de los Estados Unidos nada menos. 

Mi teoría es que, de mayor, quiere ser como Putin.

Empecemos por el principio. Ganó las elecciones, en teoría, gracias al desprestigio de la candidata demócrata, Hillary Clinton. Gracias, supuestamente, a la colaboración del gobierno ruso a la hora de buscar trapos sucios en su cuenta privada de correo electrónico.

Después de cuatro años de controversia, ha perdido las elecciones ante el candidato demócrata Joe Biden, quien ya fue vicepresidente con Barack Obama.

Hasta aquí todo normal. Podemos analizar el mayor o menor acierto de sus decisiones al frente de la primera potencia mundial, pero hemos dicho "breve comentario".

Pero Donald Trump no es un tipo corriente. Bernie Sanders, uno de los precandidatos del partido demócrata, ya predijo, paso por paso, qué pasaría si Trump perdía las elecciones. Unas elecciones, por otro lado, especialmente condicionadas por el voto por correo debido al COVID, ese virus chino que se cura con lejía

Paso por paso, Sanders intuyó lo que corría por una mente a menudo puerilmente previsible.



Trump, al ver que iba ganando, saldría a anunciar su victoria. Así lo hizo. Después, a medida que se realizaba el recuento del voto por correo, se daba la vuelta a la tortilla e, incapaz de aceptar la remontada, saldría enfadado, reclamando el cuento y recuento de los votos para, finalmente, denunciar en repetidas ocasiones fraude electoral.

Tras más de 60 denuncias que han sido rechazadas por falta de pruebas, todo parecía indicar que el 20 de enero se llevaría a cabo un cambio de presidente más o menos normal. Pero no... esto no podía acabar así.

Mientras se realizaba el trámite oficial del recuento para certificar protocolariamente la victoria de Biden, el presidente electo; el presidente saliente, Donald Trump, daba un discurso frente a las puertas del capitolio. Día 7 de enero.

Probablemente ni el mismísimo presidente de los Estados Unidos, todavía en el cargo, había imaginado su poder de convicción ante las miles de personas congregadas allí y que, guiadas por un fervor cuasi religioso, y quizás de algún otro tipo, ocupaban el edificio, obligando así la interrupción del acto protocolario y dejando tras de sí unas imágenes para la Historia y 5 fallecidos, entre ellos, un guardia de seguridad.



¿Pidió perdón? ¿Se sintió acaso el showman afectado por los acontecimientos? "¡Recordad este día!" Así concluía uno de sus últimos tweets eliminados de la cuenta personal de Donald Trump por la red social. Tras emitir un vídeo de no disculpas, las principales redes sociales: Twitter, Facebook y Youtube decidieron dar un paso adelante y cancelar temporalmente las cuentas del presidente.

Sí, el presidente de Estados Unidos no puede publicar en redes sociales.

Pero hoy, la cosa ha ido más lejos. Twitter ha cancelado definitivamente la cuenta de Donald Trump. Le han quitado su juguete favorito. Trump, el presidente twittero no puede publicar más, ni siquiera desde otras cuentas del gobierno.

Existe una cuenta oficial para el presidente de los Estados Unidos (@POTUS) que va cambiando de administrador para que sea el presidente de turno quien la gestione. Durante estos cuatro años, Trump la ha usado para retwitear los mensajes publicados en su cuenta personal (@realDonaldTrump) y otros de sus familiares y amigos. Sí... el presidente de la primera potencia mundial necesita followers y está dispuestos a conseguirlos como sea. 

Pero hoy, señoras y señores, ha tenido lugar la gran tragedia: Twitter ha cancelado su cuenta. Y parece ser que se ha enfadado un poco. Más, me atrevería a decir, que cuando acepte de verdad que ha perdido las elecciones. 

¿Y qué ha hecho Trump?

Ha publicado desde varias cuentas, entre ellas la cuenta oficial del presidente (@POTUS) para decir esto:



(Vía The Verge)


Algo así como: 

"Mamá Twitter me ha echado de casa y ya no quiero a mi mamá porque mi mamá ya no me quiere, y voy a crear otra mamá porque mamá está aliada con el diablo demócrata comunista porque mamá no me escucha y yo nunca pierdo y puedo decir lo que quiera porque mío mío mío y mi mamá no sabe, snif, y soy presidente por siempre jamás y ahora voy a ser yo mamá"

A la espera de que acepte que mamá Twitter ya no le quiere, veremos a ver qué pasa. 

Ahora es Twitter contra Trump, y en la red social están dispuestos a borrar todos los perfiles o cuentas asociadas a su persona. A la persona del actual presidente de los Estados Unidos.

Obviamente este no es el mayor de sus problemas. Se ha iniciado un proceso exprés de su segundo impeachment en su primera legislatura aunque difícilmente, sin el apoyo del vicepresidente republicado Mike Pence, podrán expulsarlo a las malas antes del día 20. Por lo pronto, hay una larga lista de secretarios y miembros de su gabinete que han dimitido.

En su último vídeo publicado antes de la cancelación de su cuenta, habló sobre la aceptación de su derrota, por más que aclaró que no acudirá al acto de relevo en la presidencia

Veremos si se viene arriba y de una vez por todas hace lo que todos esperamos ansiosamente: compra Twitter.


Ya en serio: a modo de reflexión personal. 

Al principio mencionaba la voluntad de Trump de parecerse a Vladimir Putin, el infinito presidente ruso. Honestamente, creo que Trump sólo quiere ser un dictador, o al menos, permanecer eternamente en el poder. Creo que él, tristemente, considera que es positivo para un país tener un gobierno regido por un líder permanente (preferiblemente él), como ocurre a efectos prácticos en Rusia. 

Lo sorprendente es que, a diferencia de otros países, en toda su Historia, nunca un presidente estadounidense ha pretendido perpetuarse en el poder. Es la primera vez que ocurre, y sus seguidores parecen entregados a la causa

Si nos fijamos en otros países que han sido gobernados por dictadores, donde los líderes de partidos de extrema derecha están copiando con éxito los métodos de Trump, el crecimiento de estos partidos es hasta cierto punto comprensible. Recurrir a los símbolos de los dorados tiempos del dictador de turno cala en una parte de la población que ha heredado y crecido con una perspectiva romántica de la dictadura, que ensalza los supuestos beneficios del autoritarismo en tiempos de incertidumbre.

Eso es lo que me tiene inquieto. Ya veremos qué pasa antes del día 20, y si volverá a presentarse en 2024. Visto lo visto, poca broma.