Ahora, la cosa es más complicada. El amor ha dado una tregua, y yo intento ser feliz sembrando. ¿Que cómo me va? Llevo todas las vacaciones repitiéndolo, "muy bien":
- 4º de Periodismo y Comunicación Audiovisual.
- Darle de comer a la bestia.
- El libro, ya solo me quedan 50 ejemplares... y la maleta ya casi está terminada. Ya hay lugar para la presentación en El Ejido, quién sabe cuándo. Las entrevistas creo que aún no se han publicado.
- Acta Verbum. Ya mismo toca ponerse con el especial de Wikileaks y números 5, 6 y 7. Tendremos que recurrir a la publicidad para aumentar la tirada.
- En la empresa de optimización y dinamización de plataformas web (que aún no tiene nombre) parece que pronto estrenaremos cliente, lo mismo nos paga y todo.
- Como representante de alumnos, participaré en el proyecto de comunicación de la universidad.
- Reestructurar, completar y actualizar los dos "estudios" sobre El futuro de las noticias y periodismo científico, que no sé cuándo empezaré a publicar en el blog. Una profesora me sugirió que presentara el primero a un congreso. Cumplió el plazo. Con tranquilidad...
- Deporte caca. Si eso futbolín.
¿Amor? Propio. Necesitaba cambiar una cosa. No puedes ser feliz sin dedicarte a un trabajo que te guste. Es aquello a lo que dedicarás un gran número de horas de tu futuro, y debe asegurar tu independencia económica. Por si no lo encuentro, me estoy dedicando a inventármelo.
El objetivo sigue siendo el mismo, hacer que sus ojos brillen:
Pero se multiplican las razones. Por mí, y por ella. Necesito su camino propio, complementario, lo que implica establecer una especie de "requisitos mínimos", que dejarán de tener sentido llegado el momento. Empiezo a ponerle palabras a los cambios de una belleza que no puede ser, no existe, estática. Oscilaciones. Infinitas posiciones.
Sólo es necesario un tema de conversación interesante, una sonrisa y un beso.
Y sueños compartidos.