domingo, 31 de enero de 2010

Ego

Susúrrame al oído todo lo que quieras decirme antes de marcharte. Te escucharé con toda mi atención, pero tienes que entenderlo, no es algo que deba conocer todo el mundo, no debemos convertirlo en algo popular, trivial, nimio. No quiero que pienses ni pensar que piensan nada que no vaya a salir de tu silencio durante los próximos minutos. Seré enteramente tuyo, siervo de tu voz, funambulista de tu pulso. Sólo te ruego que me digas la verdad.