"Existe un hecho excepcionalmente importante con respecto a la nave espacial Tierra, y es que no vino con ella ningún manual de instrucciones (…) La falta de instrucciones nos ha forzado a enterarnos de que existen dos clases de frutos: los frutos rojos que pueden matarnos y los frutos rojos que nos sirven de alimento. Y teníamos que encontrar caminos que nos dijesen cuál era la clase de fruto rojo antes de ingerirlo, ya que, de otro modo, moriríamos. Nos vimos forzados, así, debido a la falta del libro de instrucciones, a emplear nuestro intelecto, que es nuestra facultad suprema, para idear procedimientos experimentales e interpretar de un modo efectivo el significado de los hallazgos experimentales".