Tengo algo que contar.
Es extraño.
Hace unos meses habían empezado a decaer mis expectativas respecto a mi futuro como director de cine... realmente era bastante complicado... aún viviendo con dos pedazo de actores no he grabado ningún corto con ellos ni tampoco han salido ideas asignadas a alguna imagen... Es extraño.
La cuestión es que el corto con el que participé en el certamen de videocortos de El Ejido ha sido galardonado con dos premios: tercer mejor videocorto y mejor tráiler.
Debería alegrarme, y de hecho lo estoy, pero debería hacerlo por dos razones, la primera y menos importante es que el premio es de seiscientos euros (todo incluido), lo que sumado a los cuatrocientos euros que me deben del año anterior hace un total de una cámara de vídeo y fantasías.
La segunda es que he rescatado mi otra parcelita del paraíso del peso de los signos escritos, quiero volver a grabar, a aprender... No lo he dicho, pero también soy profesor ¡Eso sí que es extraño! Doy clase a unos 17 no sé yo hasta qué punto niños en un taller de cortos, seguro dará para anécdotas... Además me pagarán por disfrutarlo en lo que vendría a ser mi primer sueldo, mis primeros pasos hacia los abismos del sistema que aligerarán la tranquilidad de mis padres... pero lo más importante, al fin y al cabo, es que no estoy recordando, estoy reaprendiendo...
Y todo es extraño. Pero me gusta.