El desequilibrio como punto intermedio
El tiempo olvida
y después mata. No pregunta.
Sólo continúa
dejando tras de sí censuras
imposibles de olvidar.
El pasado es una suma,
una operación inconclusa
mitad experiencia, mitad musa.
No preguntes por el protagonista,
siempre responde con más preguntas.
El futuro es una resta finita.
Deja huecos para más ternuras,
llena frascos de ambición y cordura,
los lanza a ciegas en la noche oscura.
Estalla y construye de realidad.
El tiempo se pierde o te gana, una aguja
sin cuestionar.
SpNt2005 – 27/6/2013