miércoles, 21 de septiembre de 2011

Judit Herrera

De Las ínsulas extrañas, 2006

La esfera

Rodney Collin

La vida de cada hombre se mece en el tiempo.
Lo que fue crea aquello que será.
Y así como la llama
es absoluta y final para el pedazo de madera
en el que vida y muerte concurren en el mismo calor,
en la misma ceniza,
todo aquello que el hombre llamó suyo
muere y renace en el mismo punto idéntico
donde todas las causas
abandonan por fin al cadáver reciente
y son lanzadas a través del tiempo
sobre el embrión que espera.





Otro poema de Judit Herrera.

Cortina




Esta es la fuente de la estación de Osaka, el mejor entretenimiento para los que han perdido el tren, y el peor para los que aún están esperando el suyo.

Soso

A las víctimas de la popularidad

Cuántos sacrificios
por un puñado de
fragmentos de memoria.