domingo, 28 de febrero de 2010

Clima: un conflicto individual (II)


¿Reciclas?

Se habla de "cambio climático", "desertización", "agotamiento de los recursos naturales", "sobreexplotación del medio", "efecto invernadero",... y de contenedores de varios colores para separar los residuos, ¿los utilizas? Quizás debería invitarte a hacerlo o pienses que soy un hipócrita si te digo que yo no lo hago... pero yo no lo hago a no ser que comparta hogar con alguien que lo haga. No es por propia convicción. Realmente no creo que sea una solución ni creo que esté realmente en las manos de los ciudadanos. Es más, creo que es el efecto a corto plazo más visible de una sociedad de consumo que empieza a renquear.

En teoría, la utopía que plantea el reciclaje de residuos es crear un ciclo de producción-reciclaje a gran escala, de forma que todo el material utilizado volviera a ser útil infinitas veces y, por extensión, que disminuya paulatinamente la extracción de recursos del medio natural. ¿Es esto posible? Lo más lapidariamente posible, mi opinión es que no. Para que esto fuera posible, la Hipótesis de los tres sectores de Jean Fourastié tendría que cumplirse. Pasaríamos de una "Civilización tradicional" en la que el sector primario representa el 70% de la producción total a una "Civilización terciaria", en la que apenas representara el 10% en favor de un 70% en la producción del sector terciario. El tiempo ha demostrado que esta hipótesis es falsa porque, claro está, ¿dónde iban a trabajar esos millones de esclavos "trabajadores" del sector primario? Fourastié planteó una civilización intermedia, basada en el sector secundario; pero claro, para abastecer al sector secundario es imprescindible una importante productividad en el sector primario... A lo que habría que añadirle la exportación e importación de los excedentes de producción, que a la vez que dispersa los recursos a lo ancho y largo del planeta, incentiva una mayor extracción de los recursos. Además, la competitividad entre los países desarrollados por ocupar la cabeza en las listas de influencia política no sólo consiste en la hegemonía económica frente al resto, cuando debería basarse en la autosuficiencia (no es más rico quien más tiene, sino quien menos necesita); también incluye la socialmente poco tenida en cuenta industria armamentística, que representa un ingente consumo de recursos naturales, algunos incendios, y pronto, por qué no, radiación.

Porque ya está aquí la globalización. Todos deberíamos haber descubierto ya que, además de los desastres naturales, la economía, la política y un largo etcétera, también se han globalizado las pirámides de población. Para que haya países desarrollados debe haber países subdesarrollados desde el punto de vista ecónomico pero también demográfico. La relación entre pirámides de población y desarrollo de un país es obvia (.pdf), por tanto los países desarrollados tienen una pirámide de población regresiva (baja mortalidad infantil y natalidad, y esperanza de vida alta), al contrario que los países subdesarrollados, donde es progresiva (alta mortalidad infantil y escasa esperanza de vida). Si hiciésemos una suma de ambas pirámides, el resultado sería un aumento en todas las edades, que explicaría el rápido y desproporcionado aumento de la población humana; y da las claves para entender las migraciones desde los países subdesarrollados a los desarrollados: a más ricos, más pobres, sólo que ahora viajan en patera o en compañías de bajo coste.

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Quizás debería reciclar pero lo que está claro es que no me sentiré mal conmigo mismo si no lo hago, dormiré bien incluso. Sinceramente, creo que todo esto es una venta de la creencia de pertenencia a una presunta ética global, que debiera estar encabezada por las empresas, o al menos liderada por los gobiernos; dirigida a las clases acomodadas, más que una representación de la voluntad de un pueblo, el humano, comprometido con su tierra. El tratamiento de desechos no es el problema, es el efecto que desencadena un consumismo suicida en el que los beneficios económicos (por arriba) y la propiedad (por abajo) parecen ser lo único ilimitado. Si se realizaran acciones coherentes frente a este gran monstruo al que nos enfrentamos: limitarse a lo materialmente necesario, muchos menos caprichos y regalos basados en el significado que desprecia el tamaño de los números; la utopía nos llevaría a deshechar esa palabra farsante, comercializada, estereotipada: reciclar.