Hoy han pasado dos cosas importantes, y además, hace poquito tiempo.
El libro ya está terminado, ya he pedido un ejemplar para ver el resultado a todo el trabajo desde un más que lejano mes de marzo. Cuatro meses. Tres y uno de descanso para ser correctos, pero recuperar el ejercicio del escribir es algo que debe computarse. Caer incluye levantarse, y he caído hasta mis propios límites, hasta el fondo; he arrancado algo que no sabía que tenía, un sueño. Estoy agotado de rebuscar dentro de mí, de buscar flores enterradas en la orilla del mar. Sólo queda lo de siempre, recibir la carta, un envío milagroso para alguien que no escribe cartas ni quiere demasiado contacto con los bancos. Sólo ser una vez más el destinatario.
Lo segundo es más importante aún. Ha vuelto a mis manos un cuadernito verde de 90 páginas de 80 gramos, el segundo. Ya voy por el cuarto aunque en verano escribo mucho menos. Ha permanecido mucho tiempo cerrado, el primero y el tercero ya crujen al abrazarme, mientras que una fotografía desgastada por el tiempo no ha traspasado las ideas. En definitiva, un bonito episodio de mi pasado. Con mucho amor, que eso ya es algo.
Mis primeros pasos en la observación del mundo como algo infinitamente conectado. Un camino que empecé a recorrer sin un final concertado y que ha quedado como el inicio de mi yo. Sólo cuando me tocó aprender a vivir acompañado descubrí la ligereza de los pasos del solitario, es cierto que el rumbo quedó mermado, pero la técnica del vuelo a veces sólo consiste en predecir la dirección del viento.
lunes, 26 de julio de 2010
La resurrección de las especies: el uro
Me gustaría dar un paso hacia atrás antes de dar uno más hacia adelante.
Poco a poco voy modelando mis ideas en torno al futuro de la especie, en una de las entradas sobre el Clima, inserté la primera parte del capítulo "Especies en peligro" de "Planeta Tierra", el espléndido documental de la BBC dirigido por David Attenborough.
Lo vi hace poco otra vez y, otra vez, me dieron ganas de llorar... Lo único que queda es sentarse a contemplar cómo destruimos nuestro futuro a causa del instinto reproductivo compartido con el resto de especies. Pero eso no es lo importante.
El documental de casi una hora de duración (para cuando no sepas cómo llenar tu tiempo libre) habla sobre los debates a los que nos enfrentamos, sobre lo que encontraron los propios realizadores de la BBC a la hora de encontrar algunas especies que antes eran comunes; ¿qué especies salvamos?¿Podemos salvar sólo algunas especies?¿Tigres en la Luna?
Sí, tigres en la Luna. Una científica nos dice lo siguiente:
Pues bien, el Proyecto Taurus (.pdf) pretende invertir el proceso, resucitar a una especie extinta desde 1627, el uro, mediante el retrocruzamiento. Este proceso consiste en buscar las características genéticas del uro entre sus descendientes y mezclarlas mediante cruces hasta combinarlas en un solo animal.
Increíble.
Esta "resurrección" servirá para crear un ecosistema autosuficiente; el uro será la especie megaherbívora ausente y necesaria en los bosques europeos, asfixiados por las hayas que les servían de alimento. Los uros salvajes no necesitan cuidado, son capaces de mantenerse por sí mismos y no son agresivos, unas cualidades que resultan "fundamentales para la reintroducción", afirma Henri Kerkdijk, director del proyecto.
Una especie resucitada daría la oportunidad de sobrevivir a otras especies amenazadas, por tanto, esta especie vendría a completar un círculo, cerrar el equilibrio en un ecosistema "huérfano" de uno de sus elementos. Pero, suponiendo que la resurrección del uro resultara exitosa en términos de aspecto y comportamiento ¿no aparecerían depredadores?
Más allá de la posible explotación comercial del uro, el ser humano está creando un ecosistema en el que es el eslabón superior en la cadena trófica, de forma que el único depredador del uro será el ser humano, que estará obligado a controlar su expansión. Si tenemos en cuenta que partimos de una gran abundancia de alimentos, el número de uros crecerá hasta superar los límites del territorio protegido, y descenderá una vez encontrado el equilibrio entre el crecimiento de hayas y su crecimiento poblacional; de esta forma, el ecosistema se mantendrá en equilibrio y tenderá a expandirse en conjunto mientras las condiciones externas lo permitan (la aportación de Malthus).
Pero ¿qué pasará con los ecosistemas en los que el hábitat es lo que está desapareciendo? Nos cuesta tanto imaginar un tigre en la Luna porque es casi imposible imaginar una selva tropical en la Luna... Cada clima está sustentado por su geografía, o más bien, por la incidencia de los rayos del sol sobre las plantas que, con su adaptación, conforman la base del proceso de desarrollo de un ecosistema. Los hervíboros deberán adaptarse a la vegetación en términos de hábitos alimentarios, anatomía, comportamiento,... y los carnívoros a los anteriores.
Otras especies, como el oso polar, parecen estar sentenciadas, el ecosistema artificial (las ciudades) necesita seguir expandiéndose como cualquier otro ecosistema equilibrado, en este caso, gracias al dominio de una sola especie sobre el resto a través de la transformación del medio.
¿Es posible un equilibrio a nivel planetario con el ser humano como único depredador? ¿Es posible que el ser humano pueda actuar como depredador sin afectar por otras vías al ecosistema en su conjunto, como puede ser la producción masiva de desechos? ¿Te imaginas un concurso de nuevas especies? A saber qué opinaría Darwin de todo esto...
Poco a poco voy modelando mis ideas en torno al futuro de la especie, en una de las entradas sobre el Clima, inserté la primera parte del capítulo "Especies en peligro" de "Planeta Tierra", el espléndido documental de la BBC dirigido por David Attenborough.
Lo vi hace poco otra vez y, otra vez, me dieron ganas de llorar... Lo único que queda es sentarse a contemplar cómo destruimos nuestro futuro a causa del instinto reproductivo compartido con el resto de especies. Pero eso no es lo importante.
El documental de casi una hora de duración (para cuando no sepas cómo llenar tu tiempo libre) habla sobre los debates a los que nos enfrentamos, sobre lo que encontraron los propios realizadores de la BBC a la hora de encontrar algunas especies que antes eran comunes; ¿qué especies salvamos?¿Podemos salvar sólo algunas especies?¿Tigres en la Luna?
Sí, tigres en la Luna. Una científica nos dice lo siguiente:
"Lo que ha acontecido últimamente y la labor que llevamos a cabo en el campo de la clonación nos ha permitido no depender de los óvulos y el esperma sino que podemos tomar muestras de tejidos de estos animales, cultivarlos, y donde a lo mejor había cien células, cultivar millares de células. Y cada una de ellas contiene la secuencia completa del ADN del animal, de modo que podemos congelar las células y digamos, dentro de cincuenta años, los científicos abrirán esos contenedores de nitrógeno líquido y extraeran el ADN del tigre, de la pantera pardus amurensis, del rinoceronte,... ese ADN está vivo y puede utilizarse para producir embriones de los que podrían desarrollarse unos cachorros, una progenie.
Mi idea es que algún día tendremos que repoblar otro planeta, (...) qué mejor que llevarnos los animales congelados quizá a la Luna, a Marte,... es una idea muy futurista pero algo habrá que hacer."
(Parte 4)
Pues bien, el Proyecto Taurus (.pdf) pretende invertir el proceso, resucitar a una especie extinta desde 1627, el uro, mediante el retrocruzamiento. Este proceso consiste en buscar las características genéticas del uro entre sus descendientes y mezclarlas mediante cruces hasta combinarlas en un solo animal.
Increíble.
Esta "resurrección" servirá para crear un ecosistema autosuficiente; el uro será la especie megaherbívora ausente y necesaria en los bosques europeos, asfixiados por las hayas que les servían de alimento. Los uros salvajes no necesitan cuidado, son capaces de mantenerse por sí mismos y no son agresivos, unas cualidades que resultan "fundamentales para la reintroducción", afirma Henri Kerkdijk, director del proyecto.
Una especie resucitada daría la oportunidad de sobrevivir a otras especies amenazadas, por tanto, esta especie vendría a completar un círculo, cerrar el equilibrio en un ecosistema "huérfano" de uno de sus elementos. Pero, suponiendo que la resurrección del uro resultara exitosa en términos de aspecto y comportamiento ¿no aparecerían depredadores?
Más allá de la posible explotación comercial del uro, el ser humano está creando un ecosistema en el que es el eslabón superior en la cadena trófica, de forma que el único depredador del uro será el ser humano, que estará obligado a controlar su expansión. Si tenemos en cuenta que partimos de una gran abundancia de alimentos, el número de uros crecerá hasta superar los límites del territorio protegido, y descenderá una vez encontrado el equilibrio entre el crecimiento de hayas y su crecimiento poblacional; de esta forma, el ecosistema se mantendrá en equilibrio y tenderá a expandirse en conjunto mientras las condiciones externas lo permitan (la aportación de Malthus).
Pero ¿qué pasará con los ecosistemas en los que el hábitat es lo que está desapareciendo? Nos cuesta tanto imaginar un tigre en la Luna porque es casi imposible imaginar una selva tropical en la Luna... Cada clima está sustentado por su geografía, o más bien, por la incidencia de los rayos del sol sobre las plantas que, con su adaptación, conforman la base del proceso de desarrollo de un ecosistema. Los hervíboros deberán adaptarse a la vegetación en términos de hábitos alimentarios, anatomía, comportamiento,... y los carnívoros a los anteriores.
"Los osos polares sufren graves dificultades y hay muchas investigaciones que así lo demuestran, y caben dos posibilidades, primera, o se extinguen tratando desesperadamente de encontrar hielo o, segunda, pueden dirigirse al sur y asentarse en tierra firme y, claro está, tendrá que modificar considerablemente sus hábitos. Es posible que evolucione para lograrlo, pero tiene que conseguirlo en muy poco tiempo dado que se estima que la capa de hielo del polo norte desaparecerá en menos de 50 años. Esperamos demasiado de un oso en términos de cambio de hábitat, de migraciones anuales, de hábitos alimentarios, de técnicas cinegéticas (de caza),... y creo que va a ser muy interesante comprobar si son capaces de hacerlo."
(Parte 3)
Otras especies, como el oso polar, parecen estar sentenciadas, el ecosistema artificial (las ciudades) necesita seguir expandiéndose como cualquier otro ecosistema equilibrado, en este caso, gracias al dominio de una sola especie sobre el resto a través de la transformación del medio.
¿Es posible un equilibrio a nivel planetario con el ser humano como único depredador? ¿Es posible que el ser humano pueda actuar como depredador sin afectar por otras vías al ecosistema en su conjunto, como puede ser la producción masiva de desechos? ¿Te imaginas un concurso de nuevas especies? A saber qué opinaría Darwin de todo esto...
Paco Urondo
Mi tierra querida
Ya es hora de perder
la inocencia, ese
estupor de las criaturas que todavía
no pudieron hacerse cargo
de la memoria
del mundo al que recién nacieron.
Pero nosotros, hombres
grandes ya, podemos olvidar, sabemos
perfectamente qué tendríamos
que hacer para dañar
el presente, para romperlo.
Aquí nadie tiene derecho a distraerse,
a estar asustado, a rozar
la indignación.
"Estoy seguro de llegar a vivir en el corazón de una palabra, compartir este calor, esta fatalidad que quieta no sirve y se corrompe"
Extraído de El corazón de una palabra
"Empuñé un arma porque busco la palabra justa",
"No hubo abismos entre experiencia y poesía para Urondo." –dice Juan Gelman– "corregía mucho sus poemas, pero supo que el único modo verdadero que un poeta tiene de corregir su obra es corregirse a sí mismo, buscar los caminos que van del misterio de la lengua al misterio de la gente."
Joaquín Sabina le dedicó esta canción a él y a su esposa, la actriz Zulema Katz.
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