El mundo es así,
yo no puedo cambiarlo
y dudo de que pueda cambiarse a sí mismo.
Sólo puedo mostrar mis naufragios,
mis cartas de navegación a marineros de tierra
que aún creen que no saben nadar,
cuando lo más difícil es aprender a respirar bajo el agua,
bajo la mierda.
Sólo puedo describir los monstruos
sobre los que cabalgo hacia las profundidades,
los miedos que moran en mis adentros,
el curso del cuerpo dentro de la sangre y la memoria
para resucitar cicatrices y silencios.
Nadie puede ser remolque, nadie debe negar
su deseo de sobornar su veleta
a base de lágrimas y voluntad,
debe creer que ese mismo intentar
era requisito
para seguir buscando
lo único
en sus adentros
y perecer en el intento.
Merecer formar parte de lo inevitable.
Que no se engañen los constructores de castillos de arena,
el tesoro no es el premio honorífico a la inmortalidad,
no es una lápida limpia.
Lo valioso es un puerto en el mapa de la inquietud,
el único capaz de hacer realidad el sueño de la deriva:
ahogarte, respirarte
en un océano de retazos de tinta.
SpNt2005 - 25/6/09