viernes, 18 de marzo de 2011

Desastre


(Vía Daily Mail)

Akio Komiri, director de TEPCO, la compañía eléctrica propietaria de la central nuclear de Fukushima Daiichi (reactor tipo BWR), echa a llorar después de la rueda de prensa en la que admite que puede que sea necesario sepultar bajo hormigón los reactores nucleares para evitar la propagación de la radiación. Siguen intentando mantener el sistema de refrigeración para evitar una catástrofe mayor; 2 de los 50 "liquidadores" siguen desaparecidos.

Pagaré



Insustancial

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Luego, por fin, ahí llega Junior Johnson. Cómo viene. Viene cruzando la parte interior de la pista en un gran vehículo blanco, un fantástico Pontiac Catalina nuevo y blanco, un sedán de cuatro puertas y capota rígida. Frena, y cuando sale parece más grande aún y más inmenso. Primero la cabeza, con el pelo a cepillo, y luego una gran mandíbula, y luego un cuello más grande, y luego un inmenso torso, como de luchador, ataviado bastante a la moda, estilo moderno California, con camisa deportiva a rayas caramelo, rojo y blanco, pantalones de dril y mocasines.

- ¿Qué tal? - dice Junior Johnson, estrechando manos. Y luego dice-: ¿Os parece bastante rápido?

Junior está de buen humor. Resulta que, como la mayoría de la gente del campo, Junior es reservado. Su rostro raras veces muestra una emoción. Tiene tres expresiones básicas: amistosa, amistosa y algo tímida, y mortalmente seria. Según parece, la expresión moralmente seria de Junior a muchos les resulta amenazadora. No hay cobardes en las carreras de coches modificados (NASCAR), pero un par de corredores me contaron que una de las cosas que pueden hacerte temblar es mirar por el espejo retrovisor cuando tomas una curva y ver que tienes pegado a la cola el coche de Junior Johnson dispuesto a "sacarte de tus casillas", y luego ves en la cara de Junior esa expresión de seriedad mortal. Creo que algunos de los cronistas deportivos le tienen miedo. Me cuenta uno de ellos que Junior es fuerte, silencioso, y explosivo. Junior sólo te dará tres respuestas: "Uj-ujuj", "Uj-unj" y "No sé", y así sucesivamente. Tiene un gran conocimiento técnico de los automóviles y de la física de la velocidad, incluyendo cosas con las que nunca se mete, como los motores Offenhauser. Pero a lo que nunca se presta es a la charla insustancial. Esto le proporciona un aplomo innato, pues le priva de la posibilidad de decir estupideces. Utiliza términos y acentos y giros que corresponden a formas arcaicas del inglés, no exactamente "isabelinas", como dicen a veces, sino esas formas de inglés más antiguas preservadas en las partes más remotas de su territorio, Ingle Hollow.

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Tom Wolfe, periodista

Extraído de Las décadas púrpura

(Gracias Manuel)