...
Esto comenzó negro,
sin ojos. Me esperaste
hasta construirme
contigo,
con muchas de ti, nosotras
de mí. Juntos. Sin sabernos
hasta entonces.
Te agradezco los ojos,
la luz y la sombra, la mitad,
estirar la espalda, crujir los dedos,
sabor de agua, dolor de sed.
Te agradezco la vida,
por adaptarnos tan bien, atreverte a ser
la madre de todas las madres.
(Estaba buscando una poesía,
y no la he encontrado en todo lo que había escrito hasta ahora)
y no la he encontrado en todo lo que había escrito hasta ahora)
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