lunes, 12 de julio de 2010

Fútbol

Érase una vez...



Pasé dos años sin ver fútbol. En Madrid no tenemos TDT así que sólo utilizamos esa caja para ver películas. Soy del F.C. Barcelona (forma parte de un malévolo plan de mi tío), y a partir del buen juego que empezó a gastar el año del triplete, no pude evitar reengancharme.

Uno podría pensar que era porque mi equipo favorito ganaba, pero no, era por la forma de jugar, por el estilo. Defensa fuerte y velocidad una vez pasada la mitad del campo, movimientos sin balón, pase y desmarque,... Messi, y sobre todo, Xavi, o Humphrey Bogart, como lo llamaba el gran Andrés Montes.

Quizás Xavi sea la llave, pero creo que me ha gustado tanto este mundial porque España ha sido fiel al juego del toque que ha mantenido el Barcelona durante los dos años pasados, y no hay más que ver la plantilla: Puyol, Piqué, Iniesta, Xavi, Pedrito, Busquets y, desde hace poquito, Villa. A los que hay que sumarle Silva, Jesús Navas, Mata,... todo jugones.

No pensaba escribir ninguna entrada sobre el Mundial, es parte de la Historia del deporte, y todos los deportes son grandes por cuanto hacen necesario la capacidad de superación y el carácter de cada una de las personas que lo practican. El fútbol no es más ni menos. Pero se lo merecen, Holanda ha ido a algo más que destruir juego y el árbitro ha tenido suerte de que ganara España si es que deseaba seguir practicando su profesión, que en la liga española le reportaría un salario de 100.000 euros anuales. Nada despreciable.

El fútbol no deja de ser un negocio; el impacto total del fútbol profesional en España supone cerca del 2% del Producto Interior Bruto, genera 9.000 millones de euros entre efectos directos (taquilla, camisetas, publicidad...) e indirectos (hoteles, aviones, restaurantes,...) y da empleo a unas 85.000 personas. Da de comer a 85.000 familias. ¿Alguien puede estar en contra de eso? Es como "el juego, el alcóhol o la prostitución, diversiones que la gente practica" para comer, no todo el mundo quiere, ni puede, ser agricultor, pescador o ganadero. Además, el gobierno recauda 1.500 millones entre impuestos y seguridad social y la quiniela.

Parece que todos ganamos si el negocio está basado en el consumo fugaz, ese que viene pero permanece sólo en la memoria. El fútbol también es exquisito, y a uno lo deja insatisfecho, como el tabaco, con el que el Gobierno recaudó 9.446,7 euros en 2009, todo sea dicho.

Pero no nos desviemos con comparaciones que puedan dejar a este "divino" espectáculo en mal lugar, los 94 millones de euros por un hombre que corre y da patadas a un balón es un número más que merecido, siempre y cuando ese maldito cabrón corra y marque goles como dios manda, goles que hagan de su camiseta todo un símbolo de admiración.

Quizás no tenga mucho sentido después de todo, pero gracias, fútbol, por mantenernos levantados del asiento y sacarnos por la ventana a gritar lo mismo que no nos deja más que alegrarnos, gracias por hacernos pensar que todo el mundo saldrá a la calle a celebrarlo y que así sea, gracias por hacernos pensar que la felicidad colectiva es posible por algo más que una victoria bélica, gracias por darnos la posibilidad de contemplar cosas como esta.

Así termina este cuento, con un golazo...

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