Debería escribir sobre la Humanidad. Concluir las cinco entradas del intento de compendio de mi teoría, pero he de hacerlo antes del lunes. Parece complicado. Hay mucho que escribir y más aún que pensar, son entradas largas por naturaleza... de hecho llevo una entrada a medias desde hace bastante tiempo... Lo único que me obliga a dejar de escribir son las necesidades básicas (comer, dormir...) y las "obligaciones" (aquello de ir a clase); aunque hace ya algún tiempo que dejó de ser una obligación.
Hace tiempo que empecé a construir mi vida fuera de la universidad. Es cierto que es una vida en gran medida solitaria, independiente en su origen y que poco a poco se va mezclando con pequeños grupos. Pero esto no ha hecho más que aumentar el valor de lo que significa la universidad para mí como germen de experiencias de aprendizaje. Hace un par de semanas le dije a Iris, mi compañera de piso, que iba a la universidad a escuchar conferencias en lugar de ir a clase. Y me encanta verlo así. Aprendo mucho más de la fugacidad de un instante en el que disfruto aprendiendo que de un cuaderno cargado de rutinas. También es verdad que tarde o temprano, no sé cómo pero sí gracias a quién, consigo los apuntes; pocos días antes del examen, como es lógico.
Pero es que estoy en Granada. Aquí sólo puedo vivir y pensar sobre qué escribiré; no he venido aquí para estar solo. Y escribir sobre la Humanidad con amigos alrededor se torna complicado cuando el tiempo se llena de vidas compartidas hasta quién sabe cuándo. El sosiego de la humildad llena mi cuerpo y me permite descansar la ambición que espero algún día me lleve a la independencia económica. Me convierte en un perezoso feliz.
Pienso sobre la Humanidad y hablamos sobre ella como turistas de paso, sin tener mucha idea de nuestro futuro no perdemos el lujo de soñar; aunque a veces termine pensando que las cosas que hago no son normales (refiriéndome casi exclusivamente a mis descuidos y a mi descanso del sentido de la responsabilidad en el sentido más amplio del contexto).
En Granada vivo y pienso sobre lo que escribiré, pero esta vez no escribo ni leo ni recito. Soy en Granada. Estoy vivo.
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