Experimento
Apago todas las luces
hasta verme sólo a mí,
suprimo todos los sonidos
hasta escucharme sólo a mí;
abro la boca y dejo que se ventile
hasta saborear la sequedad de la desidia,
extiendo todo mi cuerpo
hasta tocar la cama sólo con los huesos.
Pienso: deja de pensar.
La oscuridad avanza
y despliega su ofensiva.
El paladar se agrieta y pide auxilio,
las sábanas reavivan el suspense en los nervios,
el palpitar retumba en su cárcel de rejas pantanosas,
el sudor resucita las mentiras.
Y de un vuelco,
dejo de pensar.
Los temblores y el jadeo
apoyan la tregua.
No ha servido de nada el experimento,
giro el torso
y a mi derecha
sigue reinando la inmensidad
más inmensa tras la ausencia de tu cuerpo,
origen de un reguero de bellos recuerdos
que atraviesa el horizonte.
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