No ha sido difícil reintegrar el contenido de las maletas en el armario, organizar los libros, enrollar y desenrollar algunos cables, según, por supuesto; recontar los libros que me quedan por vender y hacer cálculos para que no falte para los próximos, estirar los 50 euros que quedan para este mes, rebuscar entre los puntos finales del curso pasado para convertir algunos en seguidos, según.
No sé si quinto será más fácil o difícil, pero he llegado para quedarme quién sabe si más tiempo después, dispuesto a terminar mayo (o junio) con el título bajo el brazo. No me va a quitar el temblor ante mi primer contrato pero los nervios se van con trabajo. Mi padre es un hombre tranquilo.
Nos han cortado internet porque no he pagado, porque no me han pagado, porque no había dinero en el banco, y siempre le cuelgo al 1004 y al 1444... Telefónica no entiende que el perro no quiere cambiar de tarifa. Así que después del mes pasado, que ya fue algo flojo, me reservo para leer, escribir, y compartir cuando Thompson lo crea oportuno.
Nos vemos pronto, proyecto de tanto con lo justo.
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