Miel de brújula
ha decidido construir la verdad
a base de secretos.
Si el futuro no estuviera
escrito en cada moneda,
desaparecería el blanco
de llenar
líneas de tiempo,
sólo un contacto insípido
rozaría los bordes de la Ciencia
y una duda
como un tótem que alimenta
seguiría llamando escuela
al establo.
Flechas
y santos.
Una respuesta
envuelve en figuras
los colores de las nubes,
la intimidad del néctar
por fin
es dulce como un beso de aguja,
se despereza el misterio
bajo la lente.
Triste
que sea arrastrar fronteras
la herencia del deseo inabarcable,
que empuja
esta cosa
de condena
de no saber
hasta cuándo ni por dónde.
Triste,
imaginar los porqués
para que una sentencia
tropiece en los segundos muertos
de un cuerpo irreversible.
(Lo siento, estaba de viaje)
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