Una de los métodos más utilizados para conocer la evolución del arte pictórico es a través de la aplicación de técnicas radiográficas y reflectográficas. Estos instrumentos permiten ver qué se esconde tras las pinceladas, siendo muy útiles a la hora de conocer las técnicas y materiales empleados (necesario para las reconstrucciones), así como identificar falsificaciones.
Este fascinante tema dio lugar a una exposición en la National Gallery de Londres, que se presentó hasta el pasado 13 de bajo el título de Close Examination, reveling the stories behind the paintings. Falsificaciones, errores y descubrimientos a partir de la aplicación de esta técnica.
Este es un ejemplo:
Woman at a window (Mujer en una ventana), atribuido a la escuela del norte de Italia y fechado entre 1510 y 1530.
La original (izquierda) y el reflectograma (antes de la limpieza y restauración de 1978).
Se desconoce cuándo fue modificada, pero con la facilidad con la que disolvieron las adiciones posteriores, según la National Gallery, "ocurrió hace relativamente poco (en otras palabras, en el siglo XIX)"; aunque también plantean la posibilidad de esta modificación para hacer la imagen más apetecible para los galeristas.
Un artículo recientemente publicado en American Institute of Physics, se describen las características de un sistema de imagen infrarroja de alta definición (IR) elaborado a partir de una cámara digital comercial de 8 Megapixels, por lo que podría ser utilizada por un niño para obtener reflectogramas de trabajos de arte en el museo, in situ.
Además, este nuevo sistema mejora la la sensibilidad, resolución, ruido y contraste del reflectograma resultante.
El sistema capta colores en el rango de longitud de onda de 830 a 1.100 nm. Por tanto, se encuentra a la derecha del espectro visible del ser humano. El ojo humano dispone de dos células fotorreceptoras diferentes en la retina: losbastones, que nos permiten ver en situaciones de baja luminosidad; y los conos, habiendo tres tipos diferentes. El gráfico nos muestra el espectro visible y qué colores vemos con mayor intensidad.
Por ejemplo, el color que vemos con mayor intensidad es el amarillo, el color de la luz del sol, ya que es captado por los conos L y M; y el rojo, al contrario, lo percibimos con mucha menor intensidad (sólo el cono L capta ese rango de longitud de onda).
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