martes, 21 de diciembre de 2010

Pataleo

Argumentar en contra de los defensores de la Ley Sinde es hacer su trabajo.

Internet plantea mil nuevas formas de ganar dinero y resulta agotador darles pistas. Es triste sentirse más inteligente que alguien con la cartera llena y, encima, con el apoyo de la administración.

Si las entidades de gestión de derechos de autor dedicaran su tiempo a idear nuevas plataformas de negocio o comprar las que funcionan para ofrecérselas a sus asociados (como siempre hacen las grandes empresas) en lugar de criticar las estrategias innovadoras, creadas por particulares en su inmensa mayoría sin ánimo de lucro; y de lloriquearle a los gobernantes para que las cierren, sea como sea... otro gallo cantaría.

Imagino que es tan difícil perder el acceso a una filmoteca gratuita como asistir al estancamiento del margen de beneficios. El jamón se atasca y no queda Gran Reserva... Pero es la empresa la que debe adaptarse a sus clientes en lugar de culparles de su fracaso. Sea como fuere, si han llegado hasta ahí, algo nos deben. Saben que no saben demostrar su importancia en internet.

Harto de recordarles el valor de un enlace para los recién llegados.

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