Un semáforo con acreditación de omnipotente no deja de mirarme
apretar los puños,
mirar a la izquierda,
observar un semáforo apagado
en mitad de una oscuridad
en estéreo.
Apretar los puños
contra el puñal
que corta el flujo sanguíneo
sobre un charco de sangre
al borde,
suicida o asesino.
Una autopista de ruedas
envolvente,
apretar el paso anclado,
echar raíces, vigilar el nido
sobre el campanario,
negociar un origen
con la mafia de las tradiciones.
Apretar los bolsillos
contra las monedas,
limpiarse el culo
con billetes
de pólvora.
Apretar el pecho,
los pulmones
el aire
contra los huecos de la ignorancia,
el mundo.
Gritar ultrasonido.
Comprobar cuán extensa
es la cárcel
antes de cruzar
una mentira
tan bien organizada.
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