jueves, 26 de agosto de 2010

Cajero

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Durante los trayectos El Ejido-Madrid uno no sabe muy bien qué hacer. Son siete horas de viaje y soy de fémures largos, así que no puedo dormir todo lo cómodamente que me gustaría.

Una de las cosas que hago es poner la radio en el móvil. En uno de los viajes escuché una curiosidad: ¿A que no adivinas cuántos cajeros automáticos hay en la Antártida?

Hay dos. Ambos de la compañía Wells Fargo.

Cuando lo escuché no pude más que preguntarme quién saca dinero allí, ¿los investigadores? ¿Para qué? Imaginaba que las latas de conservas eran la única opción en un lugar tan inhóspito.

Más allá de eso, esta es la prueba de que el ser humano consolida su expansión, marca sus territorios con cajeros automáticos, tarde o temprano. A un cajero no hay forma de hacerlo retroceder.

Los cajeros automáticos se encuentran en la Base McMurdo, a 800 millas del Polo Sur, y uno es el recambio de otro. No sé si existirá algún tipo de teléfono de atención al cliente, el técnico de mantenimiento sólo pasa por allí cada uno o dos años.

(Recordado gracias a Microsiervos)

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