Este fin de semana ha sido bastante tranquilo, me lo he pasado frente a la televisión, ese aparato de luces que durante mi vida en Madrid ha pasado desapercibido (no teníamos TDT), para felicidad de la casa.
No había ninguna voz desconocida de fondo que no estuviese acompañada de una melodía. La música ha sido durante este año, y gracias en gran medida a Iris, la única fuente de arte junto a las películas que reparten con los periódicos: ya sabes, directores clásicos (Godard, Fritz Lang -léase er Frii Lann- y películas en gran medida desconocidas, diferentes (La mariposa y la escafandra), y Amélie, que llegamos a ver dos veces consecutivas. Música, mucha música: la vida de Edith Piaf, la sencillez de Paris Combo, jazz y felicidad: la Cabra Mecánica, Bebe y la silla eléctrica de papá, Canteca de Macao,... contigo.
Solo, un poco lo de siempre. Mucho dejarse llevar y demasiada lluvia en la memoria, voz dulce y melodía sutil semitransparente, rozando la insuficiencia de deseos; en el fondo me encantan el instrumental y los acústicos... y energía para rememorar los buenos tiempos y hacer grande mi tierra de nadie; remover los días solitarios y espantar a las putas: defenderme de la vida.
Como iba diciendo, este fin de semana ha sido bastante tranquilo, he elegido en todo momento qué estaba viendo en la televisión y me he llevado varias buenas sorpresas. La 2 nunca falla... pronto os colgaré reportajes en el blog, gracias internet por darnos esta oportunidad tan grande de encontrar nuestro sitio y poder compartirlo, gracias por haber convertido ese aparato en algo absolutamente innecesario.
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