Lo admito, el blog está cogiendo unos límites políticos que me acercan peligrosamente a la opinión. Me he propuesto admitir mis errores, y pediré perdón las veces que sea necesario; pero no quiero convertir este blog en "la opinión de Fran". No es eso. Es lo que Fran ha aprendido, con sus aciertos y equivocaciones, y libremente, ha decidido compartir.
En esta entrada intentaré centrarme en qué significa la transparencia, no esa, la política.
Wikileaks entregó a cinco medios 250.000 documentos secretos de la diplomacia estadounidense. 250.000 documentos que comprometían la vida de personas pero que confirmaban rumores, y demuestran que la realidad tiene dos capas: la que manejamos y con la que nos manejan.
Ahora bien; ¿sería bueno que la política fuera plenamente transparente? Al menos en los países democráticos... ¿Cómo va a participar el pueblo en su propia política si no se le permite conocerla?
Es difícil tomar una posición; Mario Vargas Llosa, el ganador del Nobel de Literatura en 2010, pasó de decir en su discurso en la recepción del premio:
"Me parece formidable la transparencia, que todo salga a la luz. Eso nos defiende contra las intrigas, las maniobras, que están siempre vinculadas a la vida política y sobre todo al poder",
Pero, "por otra parte, si todo sale a la luz, si desaparece toda forma de confidencialidad, de privacidad, no veo cómo podría funcionar un Estado"
(Vía Caras)
A escribir una tribuna en El País titulada Lo privado y lo público en la que afirma:
"Savater comprueba que en esa vasta colección de materiales filtrados no hay prácticamente revelaciones importantes, que las informaciones y opiniones confidenciales que han salido a la luz eran ya sabidas o presumibles por cualquier observador de la actualidad política más o menos informado, y que lo que prevalece en ellas es sobre todo una chismografía destinada a saciar esa frivolidad que, bajo el respetable membrete de transparencia, es en verdad el entronizado "derecho de todos a saberlo todo: que no haya secretos y reservas que puedan contrariar la curiosidad de alguien... caiga quien caiga y perdamos en el camino lo que perdamos". Ese supuesto "derecho" es, añade, "parte de la actual imbecilización social". Suscribo esta afirmación con puntos y comas.
El resultado de semejante exhibicionismo informativo sería la parálisis de las instituciones y facilitaría a las organizaciones anti democráticas el trabar y anular todas las iniciativas reñidas con sus designios autoritarios. El libertinaje informativo no tiene nada que ver con la libertad de expresión y está más bien en sus antípodas."
Este cambio de posición es razonable. En cuanto a la chismografía, no me creo que los 250.000 documentos lo sean, quizás sí los que han decidido publicar esos cinco medios; aunque tampoco creo... Aún así un rumor no es políticamente exigible, la certeza lo convierte en una llamada a la justicia, y ahí la cosa cambia.
Mario Vargas Llosa hacía referencia a los riesgos que supondría para la diplomacia, la defensa,seguridad, orden público y economía... Orden... Quizás la pregunta que nos atañe sea ¿se puede mantener el orden sin mentir, sin ocultar información?
Pero no es la comunicación entre funcionarios y autoridades lo importante. Eso es invadir la intimidad sólo para ver si el funcionario hace su trabajo. Pero qué le dicen las autoridades en lo concerniente a su labor sí, por encima y por debajo de la mesa. Que si un estado mata, el presidente sea juzgado, porque es suya la decisión última de ir a una guerra a proteger matando gente ¿no? ¿El asesino es el que dispara la pistola o el que envía los soldados a una ratonera con orden de disparar al enemigo? ¿No sirve como definición de guerra exterior?
(Vía Perogrullo -Crónica de una masacre anunciada-)
¿Deberíamos no saber estas cosas?
Para terminar, la razón por la que me arrojo del lado de la transparencia inconsciente e incapaz de asumir todas las consecuencias. Porque un presidente de los Estados Unidos dijo esto, y
(Gracias Sergio)
al poco tiempo lo asesinaron. ¿Quiénes? Siempre, los de arriba, los mandamases, los confidenciales, los secretos.
JFK, de Oliver Stone.
Teorías conspirativas... que casi todos hemos presenciado.
¿Es bueno saberlo?
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