A continuación copio y pego un texto que me ha pedido Luis, mi antiguo profesor de Música. Es una colaboración en IMPACTMUS, el impacto de la Educación Musical en la Sociedad y en la Economía del Conocimiento.
En teoría es para un proyecto de investigación. Os invito a participar en el foro y a comentar vuestra experiencia en la asignatura de Música, bien en Primaria o Secundaria. Estáis invitados.
Prometo ser honesto y no más ególatra de lo soportable.
Escogí Música porque era una “asignatura María” (fácil de aprobar), a la altura de Plástica, Religión o Educación Física. En Primaria estuve dos o tres años en clase de guitarra, así que ya sabía algo de solfeo. Abandoné porque cada año entraba gente nueva y siempre era La, Mi, Re. Componer una canción (asquerosamente mala) y Paco de Lucía influyeron en que lo dejara. Era tan bueno que era mejor dedicarse a otra cosa.
Estaba en 3º de ESO. Mi profesor, Luis, tenía que lidiar con más o menos 30 envases hormonales a punto de estallar. Bastaba con repartir los instrumentos para darse cuenta de que el mejor para nosotros era el que hacía más ruido. El título de la asignatura resultó ser “Historia de la Música”, y a mi parecer eso la hacía más interesante.
Básicamente aprendimos algo sobre las familias de instrumentos, cómo se habían ido incorporando a la orquesta tradicional y la evolución de la música, desde la música de cámara a a géneros musicales actuales más o menos conocidos. Algo sobre las ondas de sonido, el timbre, los armónicos… Recuerdo un compositor que añadía ruidos externos (toses, estornudos…) a sus partituras, y que terminó algo sonado.
Mi relación con el profesor era buena. Yo era bastante tímido por aquel entonces y aunque llevaba tiempo escribiendo poesía, nadie lo sabía. Escuchar a Ismael Serrano o Joaquín Sabina por primera vez significó para mí un abanico de infinitas posibilidades dentro de la música de cantautor. Por aquella época escuchaba La Fuga, que paradójicamente descubrí gracias a buscar fugas de Beethoven en el Kazaa (un programa P2P de la época); Ska-P, Silvio Rodríguez, Marea… y Arvo Pärt, Toru Takemitsu, Win Mertens. Estos tres últimos gracias a las recomendaciones del profesor. De hecho, la mayor parte de lo que escribí durante aquellos años fue en compañía de Mertens. Mi prima, que también estaba en mi clase, me acercó a la música celta y el folk (Clannad, Cat Stevens, Enya, The Corrs, Hevia…). Añadiendo un vecino heavy (Linkin Park, Blink-182, Sum-41, Offspring, Korn, Millencolin…) y mi hermana (Álex Ubago, David Bisbal, Fito y Fitipaldis…) ya está casi la lista completa.
Volviendo al tema, participé en el coro del instituto y todo. Al terminar el curso, escogí Biología en lugar de Música para el curso siguiente. Más por curiosidad que por falta de gusto. Como consecuencia me cambiaron de grupo y en lugar de 30 personas, en 4º éramos poco más de una docena, con sólo dos niños y más de la mitad repetidoras. Y ahí terminaron las clases de Música para mí.
Echando la vista atrás, si me preguntas qué ha significado la Música en mi vida, está claro. Al principio escuchaba música en español porque le daba mucha importancia a las letras. Después descubrí la música instrumental. Me encanta Chopin. Siempre estudiaba con música y de una forma u otra ha estado ahí durante toda mi vida.
Si me preguntas sobre la asignatura de Música. Siempre me ha interesado la evolución de las cosas. Más allá de la perspectiva histórica, la música es un lenguaje que podría enseñarse como se enseña el inglés, o el francés. Lo único que en lugar de vocales tiene notas y en lugar de palabras o textos, tiene pentagramas; y es universal. Cualquiera es capaz de valorar y reconocer las emociones que transmite una melodía. Leer y escribir música es algo que envidio. Aunque no toco ningún instrumento creo que el ritmo o el tono son cosas que he aprendido a conocer y explorar a través de la música y he aplicado después a la poesía. Hasta la universidad no me había interesado en serio por poetas.
Música me acercó a otros mundos, otras sociedades que para mí eran totalmente desconocidas. Aprendí a apreciar la música como una forma más de desarrollar la cultura de cada pueblo en un determinado contexto social e histórico. Capaz de representar desde las tradiciones más ancestrales hasta las innovaciones más descabelladas. Incluso hay grupos sociales que se etiquetan bajo un género musical: el skin (ska-punk), el reguetonero, el fumeta (reggae), el ravero (electrónica), el antiguo (clásica), el rockero, el indie… hasta el punto de relacionar la música con la vestimenta o la forma de comportarse y relacionarse en sociedad. Tener una visión amplia de la importancia de la música y su influencia es básico para entender el mundo que nos rodea. Es el mejor camino para aprender a escuchar y una buena herramienta para trabajar en equipo.
El objetivo del proyecto es indagar en los beneficios que aporta esta asignatura durante esta estapa de la vida. Recordar que tristemente está en peligro de desaparecer de los planes de estudio; así como la Filosofía de Bachillerato. En ambos casos, un atentado contra el deleite y el razonamiento.
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