(Vía Mangas Verdes)
Como muchas otras invenciones humanas, no hay un lugar concreto. Cada comunidad desarrolló su cultura escrita a distintos tiempos, cuando la creyó necesaria para el mantenimiento de las pautas sociales y los conocimientos heredados que harían posible una mejor adaptación de las nuevas generaciones a aquellas situaciones futuras que ya no serían tratadas como acontecimientos aislados en el tiempo, si no como una parte de la Historia común entre todos aquellos que comparten símbolos y mitos. Aparece el lenguaje como herramienta histórica.
No parece muy complicado hacer una raya en el suelo, una marca en una pared o un gesto con el dedo para señalar el sol. Dibujar ideas por aburrimiento parece poco meritorio para nuestra especie, por lo que considero más probable su origen a partir de un interés por prevenir sobre un objeto concreto de la realidad a alguien y en este caso, por mucho que lo intentaran, no alcanzaban las palabras.
Quizás fueron necesarias dos lenguas distintas en una misma cultura, dialectos con una misma raíz para desarrollar la escritura. Tendría algo de sentido, ya que los primeros caracteres representan ideas que no dependen de la fonética, sino de los objetos cercanos, del entorno común. El mar es un conjunto de olas, eso lo entiende cualquiera que lo haya visto, sea del Norte o del Sur.
Posteriormente, a la humanidad se le fue la pinza y empezaron a crear palabras que no son tangibles, tanto que su significado evoluciona con el tiempo de tal forma que uno no sabe en qué tiempo habla cuando se refiere a Occidente, conciencia o estado.
Ahora los extranjerismos son comunes en casi cualquier idioma y, prácticamente, necesarios. ¿Adónde hemos llegado? Seres escrito-parlantes. ¿Adónde vamos? Nuestro futuro está escrito.
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