sábado, 9 de octubre de 2010

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No sé qué pasa ahora. Sinceramente.

Mi vida va a cambiar, y he conseguido que sea en la dirección que he construido con tiempo, ciertas dosis de arrogancia, curiosidades de niño grande, poesía y esfuerzo; lo que me hace sentirme muy bien, indescriptible, soy yo en cada momento de mi vida y puede llegar a ser la fuente de los ingresos, confiando en la previsión de las consecuencias de los cambios tecnológicos. Me da miedo el dinero. El dinero cambia demasiado rápido a la gente.

El instrumental es un ordenador conectado a la red, unos altavoces decentes (de 20 euros) para escuchar bien buena música y una impresora (imprimo a doble cara, impresión rápida y en escala de grises). El resto, para mí, es el placer de imaginar. Lo vuelco todo intentando encontrar y siempre se pueden recoger matices, y compartirlos, arrojarme al mundo. Y soñar con una piedra rebotando sobre la superficie de un lago infinito.

Mi vida va a cambiar, intentaré llevarlo lo mejor que pueda, estoy seguro de que no estaré preparado.

Suena a lo lejos "el corría y nunca le enseñaron a andar..."

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