Hace tiempo que no escribo sobre el país. Ya tengo bastante con ver las noticias. Tampoco sobre periodismo. Al hilo de los últimos acontecimientos merece la pena hacerlo, aunque sea por aclarar un poco la situación. Aviso que voy a alargarme.
Los principales problemas son
el paro y la corrupción (véase la pregunta 7 del barómetro de julio de 2014). La corrupción se puede interpretar de muchas maneras; en este caso nos referimos a la corrupción política. Por tanto, es un problema tanto de los dirigentes políticos como de los funcionarios de Justicia, que no son capaces de coger el toro por los cuernos. La justicia lenta no es justicia.
Desempleo
Respecto al paro... bueno, seguimos rondando 25% de paro, un 50% de paro juvenil y a ver cómo recolocamos a los mayores de 50 años que han sufrido los EREs en grandes empresas con beneficios, o los cierres de PYMEs que se han visto obligadas a cerrar por falta de liquidez y/o falta de crédito. El problema de estos datos es que ya se mantienen año tras año y las prestaciones por desempleo no son infinitas, ni mucho menos una solución por sí solas.
Con la última reforma, la jubilación se alcanza a los 67 años después de 35 años cotizados; lo que pone en riesgo que la generación de nuestros padres, que ahora rondan los 40-50 años puedan alcanzar el mínimo de años cotizados si no encuentran empleo pronto y, lo que es más difícil, lo mantienen. Bien es cierto que la mayoría empezó a trabajar antes, pero de éstos, no son pocos los que empezaron sin estar de alta en la Seguridad Social, un problema todavía vigente. A esto hay que añadir (creo que esto no ha cambiado) que la jubilación se hace en relación al último salario que se percibe.
Son las pensiones de nuestros mayores las que siguen manteniendo a los hijos y nietos. Las que pagan las hipotecas a 20 o 30 años que en su día parecían una buena idea. Ya bajaron durante el anterior gobierno y este ha preferido congelarlas. Después de una vida trabajando, se acabaron las vacaciones a Benidorm para que el nieto tenga lápices o lo que es peor, no tenga hambre.
Los jóvenes, por nuestra parte no encuentra trabajo tan fácilmente. Los “ninis” (“ni estudia, ni trabaja”) que dejaron el instituto antes de terminar la ESO (Enseñanza Secundaria Obligatoria) para empezar a ganar dinero en la construcción, tienen que conformarse con lo que venga, de chapuza en chapuza. Los que estudiamos, y como en mi caso, terminamos la Universidad a los 20-23 años (con el Grado será mínimo a los 22, con un Máster 24 años, a curso por año) tampoco lo tenemos fácil. Las pocas opciones son seguir estudiando (si hay dinero), trabajar en algo que infravalora nuestra formación y con un salario menos que mínimo; o salir del país, como antes hicieron nuestros abuelos. Al menos para nosotros, las fronteras no tienen concertinas.
Demos las gracias al Banco de alimentos, Cruz Roja, Cáritas y otras organizaciones que están apoyando en la medida de sus posibilidades para evitar el desastre.
Corrupción
Este es el tema más peliagudo. Antes que nada, hay que citar la corrupción por enchufe, de plenos en ayuntamientos que parecen reuniones familiares. Aclaro que este tipo de corrupción no es negativa por naturaleza; existe cierta lógica en confiar primero en aquellos que conocemos. El problema viene cuando no se tienen en cuenta los méritos, es decir, conceptos como formación, experiencia... que a fin de cuentas aseguran resultados. Hay cosas que nunca cambiarán, véase la hija en el Banco Santander, o el sobrino en El Corte Inglés. Es algo parecido a una monarquía empresarial.
Este tipo de corrupción, agravada por la crisis y el cambio en la situación laboral de nuestros familiares y amigos bien podría justificarse como una cuestión de solidaridad en estos tiempos que corren. Sin embargo, cuando el CIS pregunta a los españoles, y los españoles responden “corrupción” se refieren (creo yo) a la “corrupción política”.
Pertenezco a una generación que ha vivido una alternancia en el poder desde siempre. Si el Partido Popular lo hacía mal, sabías que a las próximas elecciones ganaba el Partido Socialista; y a la inversa. En mi comunidad autónoma, siempre ha gobernado el Partido Socialista (actualmente, es la primera vez que gobierna en coalición con Izquierda Unida). En mi pueblo, siempre ha gobernado el Partido Popular. Hubo unas desavenencias dentro del partido que dieron lugar a un partido local, el PAL, pero todos venían del mismo sitio. En la Diputación provincial tengo dudas, pero creo que en estos años siempre ha gobernado el Partido Popular en Almería.
Si algo he aprendido en este tiempo, es que estando tanto tiempo en el gobierno da tiempo a hacer muchas barbaridades. Y teniendo en cuenta que ciertos delitos prescriben de elecciones en elecciones, aún más.
Los casos de corrupción más sonados actualmente son: la
Operación Poniente (en mi pueblo, con el actual alcalde también imputado), el
caso de los ERE (en Andalucía, si bien corresponden principalmente a la etapa de Chaves y Griñán), y la
trama Gürtel (a nivel nacional, es decir, con una caja B en todas las provincias).
Por supuesto no son los únicos. Cada pueblo, comunidad autónoma, provincia y localidad tiene algún chanchullo por ahí. Con esto no quiero decir que todos los políticos sean iguales, incluyendo como político al que pega carteles. Un profesor me dijo que no era imposible ser político y buena persona, lo difícil era llegar arriba sin ser un hijo de puta. “Hay que pisar muchas cabezas en el camino”.
La Justicia tiene poco que hacer. En el principal caso dada su gravedad, la trama Gürtel lleva 20 años robando a los ciudadanos para la financiación del partido que actualmente está en el Gobierno. Hace cinco años ya, en 2009, cuando se empezó a investigar a Rafael Correa (Gürtel significa “correa” en alemán) por sus relaciones con altos dirigentes del Partido Popular valenciano. Llegó a Madrid, salpicando a varios ayuntamientos, hasta que salió el nombre del tesorero del Partido, Luis Bárcenas. Los papeles de Bárcenas son el inicio sin final del efecto dominó que sigue destapando contratos en negro con empresas a cambio de concesiones... como mínimo.
Cinco años en los que el Partido Popular, en el gobierno, se ha dedicado a poner palos en las ruedas; primero no encontraba las cuentas de algunos años (un hacker se encargó de
solucionar el entuerto), después desaparecieron los discos duros de los portátiles que custodiaba en su sede en la calle Génova (reformada con dinero negro); primero apoyando a Bárcenas y después personándose como acusación. En el último auto, el juez Ruz (que lleva otros casos de gran relevancia al mismo tiempo) ponía al Partido Popular en su sitio, en el de acusado, por cuanto considera a tenor de las pruebas recopiladas por la Udef que se benefició del dinero recaudado por Bárcenas y el anterior tesorero del Partido Popular, Álvaro Lapuerta.
Cinco años que han dado para uno de los mayores atentados al periodismo:
una rueda de prensa a través de una televisión. O un tic nervioso que desterraba cualquier duda, o una larga pasarela de caras diciendo que no, que no había caja B, que no cobraban dinero en sobres, que era algo así como “una simulación de pagos en diferido”...
Justicia
Al principio hablaba de que la justicia lenta no es justicia. Para una práctica de Derecho de la Información (una asignatura de Periodismo), tenía que valorar una sentencia judicial. Una familia había denunciado a una revista por violar el derecho al honor de una mujer fallecida. En la noticia, mencionaba que el cuerpo se encontró cerca de un club de alterne, dando a entender que la fallecida había ejercido la prostitución. Después de pasar por varias salas, un recurso del medio de comunicación, y cinco años, el juez dio la razón a la familia. Un poco tarde ¿no les parece?
Si además tenemos en cuenta que hasta ahora todos los responsables de casos de corrupción a nivel nacional declarados culpables han sido indultados... se te quitan las ganas de pensar en el sinfín de casos que habrán sido archivados antes de dictar sentencia. Incluidos, por qué no decirlo, los casos abiertos en relación con la herencia del recientemente fallecido Emilio Botín.
Está muy bien hablar a los niños de
Montesquieu y de la división de poderes, pero queda bastante lejos de la realidad. Empezando por que los jueces del Tribunal Constitucional son escogidos por los partidos políticos, a dedo, como quien dice... y que, como defendían varios periodistas especializados, las asociaciones de jueces tienen una posición ideológica definida y el pertenecer a una asociación u otra puede determinar tu carrera judicial en función del partido que esté en el gobierno.
En mi caso particular, el que era rector de la Universidad Rey Juan Carlos, en la que estudié; Pedro González-Trevijano, es actualmente juez del Tribunal Constitucional... así que mejor lo dejo en un gran “estratega” por si las moscas.
Esta semana
ha dimitido Alberto Ruiz Gallardón, hasta ahora ministro de Justicia. No lo ha hecho por aumentar las tasas judiciales, lo que sólo permite a las rentas más altas tener capacidad de recurrir sentencias y así alargar los procedimientos judiciales.
Lo ha hecho porque el gobierno, con el presidente Mariano Rajoy a la cabeza, ha decidido no continuar con la reforma de la ley del aborto. Una estimación de la pérdida de votos si se aprobaba la ley ha dado al traste con uno de los principales caballos de batalla del Ministerio durante el último año.
El ministro más “progre” se ha quedado solo defendiendo una ley de derechas.
RTVE
Otra de las leyes a tener en cuenta es el cambio en el proceso de elección del director de RTVE (Radio Televisión Española). Antes, debía decidirse por mayoría de dos tercios, lo que obligaba a las dos caras de la misma moneda a ponerse de acuerdo. Después de la última reforma, sólo era necesaria la mayoría absoluta.
Así es como uno de los mejores directores que haya conocido en la RTVE, Fran Llorente, con experiencia en el periodismo, capacidad para aplicar las nuevas tecnologías a la información y crítico sin importar la ideología (o el partido en el gobierno). Confió en una nueva hornada de profesionales jóvenes y capaces, además de afrontar con éxito el desafío de la adaptación al mundo digital; fue sustituido por Leopoldo González-Echenique (aunque no aparezca en
rtve.es), un tipo que venía de gestionar hoteles y que, por cierto,
ha dimitido por no sacar adelante un plan de financiación de 135 millones de euros.
Después de endeudar a la RTVE con 200 millones de euros más en dos años, su plan era ahorrar cerrando Teledeporte para incluirlo en la programación de La 2 (mi canal favorito, dicho sea de paso). Dimite después de que el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, rechazara su plan; él prefería un expediente de regulación de empleo.
Misteriosamente, La 1, La 2 y el Canal 24 horas han pasado varios días en negro. Miedo me da recordando cómo y por qué se han cerrado otras cadenas públicas, como
Tele Madrid o Canal Nou (en Valencia).
Habrá que permanecer atentos a la pantalla.
Periodismo y política
Ahora sí, me dispongo a tratar el tema que quería abordar desde el principio.
No sé si a estas horas el presidente del Gobierno está todavía en China. Allí ha estado vendiendo la marca España destacando el “vigor” de la recuperación económica. Las previsiones no son muy halagüeñas. Aún así, uno de sus argumentos para invertir en España es que hemos sido el país que más ha crecido en Europa en el tercer trimestre. Un argumento muy acorde a su estilo: somos lo mejor de lo peor, o algo así como la opción menos mala.
Mientras tanto, en la televisión todos los telediarios abrían con la misma noticia:
“Ha sido detenido el pederasta de Ciudad Lineal (Madrid) en Santander después de que 40 policías y un grupo de GEOS lo atraparan en su casa...”
Se enumeran las víctimas conocidas (desde 5 a 9 años) y según la emisora se dan detalles más o menos escabrosos. Se inician debates sobre la posibilidad de rehabilitación de este tipo de enfermos (3 de cada 10 lo consiguen según las estadísticas) y vuelve a reabrirse el debate de la pena de muerte o la cada perpetua revisable en determinados casos.
Los medios escritos más conservadores, con periodistas acostumbrados a alabar las percepciones de Rajoy sobre la recuperación económica, cargan inesperadamente contra el gobierno, que a su juicio ha traicionado y mentido a los españoles retirando la ley del aborto. Así, ha dejado en la estacada a la curia católica, a asociaciones minoritarias que proclaman el derecho a la vida de los no nacidos, a la derecha de la derecha y a gran parte de nuevos votantes del Partido Popular, que sólo estaba en contra de que las menores de 16 años pudieran abortar sin el permiso de sus padres (principal crítica a la reforma anterior de José Luis Rodríguez Zapatero). No voy a entrar en detalles.
Entre los argumentos, se sugiere que la noticia de la detención del pederasta ha sido para “tapar” la dimisión de Gallardón, teniendo en cuenta que la situación estaba perfectamente controlada y el detenido, en principio, no sospechaba nada.
No sería el primer caso que conozco de este tipo. El anterior gobierno socialista puso en riesgo en una ocasión (al menos) la detención a etarras para hacerla coincidir con la publicación de las cifras de paro; por lo que llegué a pensar en las graves dificultades que tendría cualquier gobierno ante la posibilidad de terminar definitivamente con la banda terrorista. Es decir, sin esta posibilidad de hacer mirar para otro lado. Hoy en día seguimos teniendo las guerras de Ucrania y Oriente Medio, y la lucha contra el terrorismo yihadista, que para el caso es lo mismo:
el enemigo invisible y eterno de Orwell para mantener el miedo.
La noticia para mí, más importante de aquel día era el
nuevo recorte salarial a los funcionarios. ¿Te suena? Espero que no haya funcionado.
El Gobierno
Es triste. Es muy triste que hayamos llegado a esta situación.
No va a ser el paro, ni la corrupción, ni siquiera
superar el 90% del PIB de deuda pública (hasta los mil millones de euros y subiendo). Por mucho que se infle el PIB a base de incluir estimaciones (sí, estimaciones) de la prostitución, las drogas, el ejército e I+D. O por mucho que se infle aún más si tenemos en cuenta que privatizando los hospitales, aumenta el PIB cada vez que alguien enferma; o que privatizando las universidades aumenta el PIB cada vez que un estudiante aspira a un título.
No va a ser el escándalo de las preferentes, ni el
drama de los desahucios, ni la falta de crédito después del rescate bancario a base de dinero público... Va a ser una no-ley del aborto lo que va a dinamitar la estabilidad del gobierno, que ha cerrado filas en torno al presidente del gobierno más idiota que me ha tocado vivir.
Esa va a ser la mentira que le cueste el cargo. Es muy triste.
Queda por ver a qué clase de regeneración democrática aspiran los dos grandes partidos y el papel de las iniciativas de regeneración democrática del nuevo partido político “Podemos” en todo esto. En qué queda la consulta catalana.
Habrá que buscar en cualquier otra parte la esperanza.