sábado, 28 de septiembre de 2013

Entusiasta


¿Es a mí?

Era una poesía entusiasmada
lo que esperabas de mí.
Tu mirada de alambique me prestaste
para ser tú más volátil.
Buscabas una buena pregunta a la respuesta incorrecta
y yo no supe hacértela.
De mi voz surgieron algunos charcos de nube
que prefirió ser rocío, niebla o migraña,
y tampoco me propuse ser diferente,
translúcido o cambiante, ni adaptarme
a cuanto esperabas.
Te callaste sentada a que fuera un porqué,
con erizos en las pestañas y saliva trabada,
respondiste expuesta
entre signos de interrogación,
oculta por miedo a ser entusiasta.





SpNt2005 – 24/6/2013

El delito de los delitos


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(Gracias José)

jueves, 26 de septiembre de 2013

Portada de "Los ojos del que mira"



¡EXTRA! ¡EXTRA! He aquí la portada de mi próximo libro.


los ojos del que mira, francisco fernandez, poesia, libro poesia


Esta noche he terminado de maquetar todo el contenido y de diseñar la portada y contraportada. Como podéis ver el diseño es bien sencillo. Como me aburría algo/bastante durante mi etapa universitaria, a veces escribía, a veces dibujaba. No dibujo muy bien, pero no podía haber editado un libro más personal. Total: 96 páginas. 55 poesías, 11 dibujos.

Aún faltan los prólogos (en plural) y llevar cuatro copias al depósito legal para poder empezar a venderlo. Tengo dos meses.

lunes, 23 de septiembre de 2013

Si no te quise


Si no te quise mañana

Si no te quise mañana,
por qué iba a quererte hoy, así,
como te querré en épocas pasadas.

Los planetas no se alinean
con las salamandras,
hojas secas se visten de guerras
bajo esta suela descalza.

Si no te quise mañana
será por las olas de mi cabeza,
no será por las mareas ensalzadas
que tocaban tras la puerta.

Cuando todo deje de ser inercia
gobernada por la baba,
los mudos por fin crean
que es nada más algo la nada.

Por qué iba a quererte así, lastrada
por las dulces apariencias
y tu zarza conciencia innata;
ser mierda en un pecho sin tierra.

Las naturalezas son ciertas,
no son vagones o estaciones saladas,
hayan sido consecuencias
las naturalezas no son esclavas.

Como te querré en épocas pasadas
no he querido nunca quien siembra,
como te quiero, ya tarde, ya nada,
recoger más juntos, siempre cosecha.







SpNt2005 – 29/8/2013

Pues ya he registrado el libro (dos en uno), ahora a maquetar, 
imprimir cuatro copias 
y al depósito legal.
Después... El tiempo dirá, ustedes deciden

domingo, 15 de septiembre de 2013

Así ha de ser cuando la bese



Así ha de ser cuando la bese

Así ha de ser cuando la bese,
ha de ser descalzos sobre el tiempo,
luz rebotando en dos espejos.

Las manos cuatro guías, con los dedos
hundidos con la intensidad rítmica
del trigo regado por el mediodía.

Los pies entre sus pasos, con los dedos
perdidos en la planta suave de su figura,
en la huella cálida de su sonrisa.

Así ha de ser los días de lluvia intensa
o ventanas de arruga. El amor en su órbita desnuda
coloreando el universo a cámara lenta.





SpNt2005 – 12/9/13

Experimento:

1. Escoge una poesía, tu favorita o una al azar
2. Léela
3. Intenta relacionar el final con la primera frase
4. Copia la primera frase
5. Escribe una poesía sobre una primera frase, tu favorita o al azar
6. Sorpréndete del final

Salomón de la Selva


De El soldado desconocido (1922)

Carga a la bayoneta

Así ha de ser cuando la bese.
Quienes se han abstenido de besar,
anhelando sólo labios que están lejos,
y al fin besan esos labios a sus anchas
-con todo el cuerpo,
estirando los músculos,
apretando los brazos-,
comprenderán cuánto puede esta locura.

Se aparta de la carne el intelecto
llevándose consigo
la eterna castidad de la conciencia.
Y uno se pregunta de sí mismo:
"¿Soy ése yo? ¿Por qué estará tan pálido?
¡Mírenlo cómo va desaforado!
Si lo matan ni siquiera va a sentirlo.
La lujuria lo embriaga.
¡Yo soy otro!...".

Y jadeante después, al ver la sangre,
todo uno se acobarda como cuando
la novia llora si la besamos mucho.
Y se queda uno esperando
a que alguien venga a decirnos qué hemos hecho.
Y quiere uno estar desnudo
para buscarse heridas en el cuerpo.









"Esencia del intelectual es trabajar para todos. Como el sol, que para todos alumbra y que no puede sindicalizarse, menos ser reaccionario. Como el sol, que si dejara de alumbrar dejaría de ser sol. Como el viento, que si deja de soplar deja de ser; como el viento, que para todos sopla, lo mismo que para el marinero que lo recoge en las velas que para el molinero, que para el niño que encubre papalotes. Para los productos del intelectual no hay mercado, porque no se venden: se dan. El intelectual es el único que para todos trabaja, el único que da."

[...]

"A mí me es indiferente el trabajo de los sastres de Escocia, de los albañiles de Roma, de los hilanderos de Calcuta; pero las teorías de Einstein, los descubrimientos de Madame Curie, las novelas de Tolstoy, la poesía de Tagore, los estudios sobre arte y religión de Jane Harrison, los juicios sobre el desarrollo de las civilizaciones de Oswald Spengler, la doctrina de Gandhi, el evangelio de Lenin, la música de Mariano Torroba, la expresión de fe de Papini, las opiniones de Adolfo Salazar, las comedias de Don Ramón del Valle Inclán —todo esto sí tiene que ver conmigo. Todo esto ha sido hecho para cada hombre y para cada mujer, todo esto puedo hacerlo mío sin restarle nada a nadie."



martes, 10 de septiembre de 2013

Torrente


Lloraré

A mi abuela Mercedes,
mi maestra de lo que hay que saber.

"Yo ya no lloro.
Ni siquiera cuando recuerdo
lo que aún me queda por llorar."

José Hierro


I

Sé que lloraré cuando te vayas,
durante meses,
un torrente
por los ojos.

Si es pronto,
la juventud
me aplastará
como a una mosca
veraniega.

Si es paciente,
tu abrazo será cada vez más débil,
más inmenso.


II

Por los ojos,
como un niño
de capricho,
incapaz de oponerse a la naturaleza
armado sólo
con una manzana de noche,
temblorosa
como un patio de invierno.

Llueve en primavera,
sol
de invierno
cae como hojas,
horas
como despierto
sobre un calendario que penetra
como las grietas
de un beso
sin retorno.


III

Infancia como
un pasillo largo
de sonrisas
y limonero,
qué alto está
¡y no mengua!,
el niño,
y alcanza
el vértigo.

Y tú, ancla
de sueños.

Sé que lloraré cuando te vayas,
durante siglos,
porque
eres sonrisa,
regazo,
eres mis páginas

como un niño.



SpNt2005 - 12/12/10

Descansa en paz, 8/9/2013