sábado, 2 de marzo de 2013

Chaqueta


La chaqueta le está pequeña. La lluvia de estos días no ha encogido sus huesos, no ha podido con ellos. La camiseta de interior todavía se mantiene seca; pero la humedad sudorípara de anteriores carreras huyendo de una persecución voluntaria en mayor o menor medida y la suciedad acumulada le han hecho creer que es su segunda piel. No va a volver a disfrazarse de humano desnudo hasta la semana que viene. Entonces el mar estará en calma, la sal seguirá fría y podrá tender las heridas al sol sin miedo de que el viento las cubra de arena. Entonces podrá seleccionar qué capa intermedia prefiere abandonar para ajustar el cuerpo a su chaqueta.

La chaqueta le está demasiado pequeña. Siempre la lleva puesta, excepto para dormir. Entonces se la quita; también el jersey, los pantalones, los zapatos sin cordones y los calcetines. Eso en verano. En invierno duerme con lo puesto y la chaqueta le hace las veces de almohada, por si un charco traicionero decide encogerle las ideas mientras duerme.

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